La
RFAF se ha caracterizado por abanderar la lucha contra la violencia y la desigualdad, en algunos casos, en contra de los dictámenes de la
RFEF, de la
UEFA o de la propia
FIFA, de ahí que su presidente sea, tal vez, la persona más apropiada para hablar de un tema que conoce a la perfección. Más cuando el fútbol aglutina más del 97 por ciento de los casos de violencia en el deporte que se dan en nuestro país.
"Creamos la tarjeta verde, las sanciones con puntos para castigar la violencia en los campos... y, este año, el área de integridad para luchar contra los amaños", señalaba
Eduardo Herrera, quien reconocía que siempre que se habla de violencia en el deporte, el fútbol "se lleva la guinda", ya que no sólo es el que más se practica sino, sobre todo, el que más masa mueve y ahí es donde a nivel profesional, en la mayor parte de los casos, se esconden los violentos.
"Cuando hablamos de violencia, hablamos de cobardes, de personas que se amparan en la masa. Y ¿dónde hay más masa? En el fútbol. Pero es un problema que se está erradicando y está cambiando en los últimos dos o tres años. Y no sólo se está acabando la violencia física sino también la verbal", aseguraba el dirigente andaluz, a quien no preocupa este problema sino otro: la base.
"Hay otra violencia que se irradia desde el fútbol de arriba y se traslada al no profesional. Ahora hay un tipo de violencia y que es la que más se da: la de los padres. Antes no había y ahora se ve en prebenjamines, benjamines, alevines€ Ha surgido desde que el mercantilismo llegó y estos ven en su hijo la solución de todos sus problemas económicos€ El niño sigue el ejemplo del padre e insulta al árbitro, a los compañeros, etc", estima
Herrera, quien aboga por continuar con "la gran labor educativa que venimos haciendo durante años y también la sancionadora. Sólo la
FIFA y la
RFAF quitan puntos. Las multas no les importan a los aficionados, los puntos, sí". Ese es un paso. Hay otros más.