Barcelona, 23 abr (EFE).- La leyenda del pádel mundial Fernando Belasteguín explicó este jueves que en la ciudad argentina donde nació en 1979, Pehuajó, no había centros comerciales ni cine y los niños "solo tenían dos posibilidades: ser un gandul o hacer deporte todo el día. Yo me decanté por el deporte".
En declaraciones a la Federación Catalana de Pádel, el jugador argentino explicó que hasta los diez años jugaba a fútbol en el Club Atlético General San Martín, pero que la creación de un pista de pádel le llevó a decantarse por el incipiente deporte.
"Mi infancia era fútbol y pádel y aquellos ratos de ocio en la pista se acabaron convirtiendo en mi profesión", recuerda el jugador que a los 15 años debutó como profesional, a los 20 era el número uno argentino y con 22 el número uno mundial más joven de la historia".
En 2001 nació una pareja mítica del pádel cuando unió su destino al de Juan Martín Díaz, con el que lideró el ránking mundial durante 13 años y estableció un récord de un año y nueve meses invictos ganando 22 torneo consecutivos entre septiembre de 2005 y mayo de 2007.
De su trayectoria deportiva, destaca que la sensación que le produce "más placer" es haber sido número uno mundial, sentimiento que dice es "extrapolable a cualquier ámbito de la vida".
Con 41 años y situado en el número 7 del World Pádel Tour, 'Bela' dice que saca las fuerzas para seguir jugando "entrenando cada día como si fuera el último con la intención de seguir mejorando".
Considera que no tener esa mentalidad a su edad sería "faltar al respeto" a su mujer, su hijo y a la familia que dejó en Argentina para convertirse en profesional.
Belasteguín comentó que será "el físico" el que le diga cuando deba dejarlo. "Mi corazón y mi cabeza me piden mejorar cada día. El día que no tenga ganas de hacerlo, lo dejaré", explicó.
El argentino reconoció que ha adaptado su preparación durante el confinamiento "al retorno a la competición" que considera que será "muy lejano" y que actualmente se está cuidando más "en el aspecto nutricional y en el ejercicio" sin preocuparle tanto el estado de forma.
"Veo difícil la vuelta a la competición a corto plazo y más con la cantidad de gente que viene a los partidos", apunta el jugador que en la última final del World Padel Tour disputada en el Palau Sant Jordi de Barcelona jugó por el título ante 9.000 espectadores.
Fernando Belasteguín aprovecha también el confinamiento para "aprender" como padre, una asignatura "difícil" al no haber "ningún manual" que lo explique.
Sobre la pandemia del Covid-19, dice que ayudará a "aprender" y considera "una suerte" poder pasarla en casa a diferencia de los profesionales que trabajan cada día contra el virus.
Por ello, dice que no cabe espacio a la queja "por respeto" a los profesionales que trabajan cada día para "parar la pandemia" a los que se les debe "dar las gracias".