El tenista serbio
Novak Djokovic (1) se lanzó también hacia la
final, del mismo modo que hizo este jueves el español
Rafael Nadal (2) ante el griego
Stefanos Tsitsipas (14), tras apabullar al francés
Lucas Pouille por
6-0, 6-2 y 6-2 en lo que fue el primer enfrentamiento entre ambos.
Tras la victoria, el tenista de Belgrado alcanzó su
séptima final en Melbourne Park, lo que le sirvió para
igualar al suizo
Roger Federer (3) como
jugador con más finales disputadas en la historia del 'major' australiano. Además, el serbio confirmó su condición de
bestia negra para los tenistas franceses después de conseguir su
vigésimo séptima victoria consecutiva frente a jugadores galos en torneos Grand Slam. La
última vez que el número uno cayó en un campeonato 'major' frente a un francés fue en la edición de
2010 del
Abierto de Australia tras perder contra
Jo-Wilfried Tsonga en cuartos de final.
Djokovic, quien ganó sus seis finales disputadas en Melbourne, llegará a la cita más importante del torneo en
plenitud física después de superar tanto los cuartos de final como las semifinales con una
facilidad pasmosa. Tan sólo se valió de un
set y medio para superar la ronda de cuartos como consecuencia de la
lesión del japonés Kei Nishikori (8), mientras que en las semifinales no necesitó más de una hora y media de juego para sentenciar a Pouille.
Quien también asistirá
fresco a la cita más importante del torneo será Nadal, después de que cerrara sus
seis encuentros previos a la gran final sin ceder ningún sólo set, así como por disponer con
un día más de descanso respecto al serbio. Con todo ello, la final de 2019 supondrá una
reedición de la final más larga de la historia del Grand Slam, la cual se disputó en Australia en
2012 y tuvo como ganador al actual número uno, quien venció por
5-7, 6-4, 6-2, 6-7(5) y 7-5 tras cinco horas y cincuenta y tres minutos de juego.