"El objetivo es disputar el Abierto de Australia, aunque no esté al cien por cien", dijo Wawrinka en una rueda de prensa en Ginebra.
En su agenda figuran además Rotterdam, Marsella, Indian Wells, Miami y Mónaco.
El tenista explicó que trabaja 6 de 7 días a la semana en su resistencia física, pero en lo que se refiere al entrenamiento en la pista admite que tiene que "recuperar un poco" por no haberse podido entrenar los últimos meses.
"Voy mejor, creo estar en el buen camino", afirmó un sonriente Wawrinka, ex número 3 del mundo, quien explicó ante los medios que sus dolores se remontan al Abierto de EEUU en 2016.
El tenista sufrió por su lesión, tal y como reconoció al afirmar que "para ser sincero con ustedes, no ha habido ningún buen momento durante esos cinco meses".
Y es que Wawrinka, de 32 años, también ha perdido en el camino a su entrenador Magnus Norman durante cuatro años y medio, quien se separó del tenista en octubre.
"Su decisión fue realmente una sorpresa para mí, un verdadero shock", dijo el tenista, quien admite que la marcha de Norman fue "una gran decepción", ya que esperaba poder apoyarse en él en un momento en el que no lo pasa demasiado bien en su carrera.
El futuro del tenista se desarrollará ahora sin el sueco, pero a su lado el hombre con tres títulos Grand Slam tiene a su lado un equipo sólido, gracias sobre todo a la presencia de Pierre Paganini, el preparado físico en el que se apoya también Roger Federer, y Yannik Fatterbert, que le acompaña en sus torneos.
"Sin él habría sin dudo dejado mi carrera después de lo que me ha pasado", sostuvo Wawrinka, quien apostará a la hora de elegir su nuevo entrenador en alguien "que le aporte nuevas cosas al entrenamiento".
El tenista quisiera jugar en las pistas mundiales aún tres ó cuatro años, pero su objetivo ahora más inmediato es el Abierto de Australia.