Darwin Núñez sigue recibiendo mucho cariño por parte de los aficionados de la
UD Almería un año y medio después de su marcha al
Benfica por
24 millones de euros. Ahora el delantero uruguayo está siendo la
sensación de su equipo y ha recordado el
gesto que tuvo con su madre justo al llegar al Almería.
El delantero de Artigas está causando furor entre los equipos más importantes del viejo continente. No es para menos, ya que es
el máximo goleador del Benfica en la liga portuguesa y está demostrando su calidad en los grandes escenarios, como en la
Champions League.
El dulce momento de Darwin, en boca de todos
Darwin saltó al estrellato mundial futbolístico endosándole un doblete al FC Barcelona en el partido de ida de la fase de grupos entre el Benfica y el conjunto culé. Esa victoria de los lisboetas propiciaría la
eliminación sorpresiva de los azulgranas de la máxima competición continental europea y les relegaría a la
Europa League. Ahora el Benfica encara una eliminatoria igualada de octavos de final frente al
Ajax y Darwin ha de erigirse como héroe lisboeta.
Desde Almería, se mira con orgullo al que un día fue la estrella de su equipo. El potencial que demostró en su primera temporada en Europa vistiendo los colores rojiblancos está camino de cumplirse. Cada gol de Darwin Núñez se celebra tímidamente en Almería y es que
el club indálico posee el 20% de una futura plusvalía, por lo que cuanto mayor sea el valor del uruguayo,
más dinero recibirá la entidad de Turki Al-Sheikh.
Unos orígenes humildes y una promesa cumplida con su madre
Eso sí,
no todo fue sencillo para el exdelantero rojiblanco. Recientemente Darwin Núñez ha recordado en una entrevista concedida a
UEFA Eleven Sports cómo de duros fueron sus inicios en el mundo del fútbol: "Cuando sonaba el timbre del colegio siempre tenía la pelota al lado de la silla y salía corriendo al campo a jugar con mis compañeros. Jugamos descalzos en terrenos rocosos.
Era común que alguien se rompiera o perdiera un trozo de un dedo" dijo el máximo artillero del Benfica.
Aunque sin duda
el gesto más enternecedor y bonito lo tuvo con su propia familia, concretamente con su
madre, a quien recordaba en la infancia como la principal impulsora de la unidad familiar: "
Siempre que faltaba comida, mi madre nos daba la suya. Yo siempre decía que si conseguía ser futbolista profesional, con el dinero suficiente para comprarme una propiedad, le regalaría una nueva casa".
Darwin cumplió su sueño de ser profesional e incluso de cruzar el charco para seguir con su meteórica progresión en un club con una ambición desbordante: la UD Almería. Así que el uruguayo cumplió su promesa: "
Cuando llegué al Almería, eso fue lo que hice: le compré seis hectáreas de terreno y se las regalé".
Una vez más el que fuera jugador de la UD Almería ha demostrado
no olvidar cuáles fueron sus orígenes en un momento en el que media Europa anda detrás de él, un simple chico de Artigas que cumplió su sueño de ser futbolista.
Mario Gómez4 min lectura