Los delanteros viven del gol. Es su meta cada partido. Sin él se sienten huérfanos. Y cuando la racha sin marcar se amplía hasta casi un año completo es normal que pierdan la confianza. El remate al suelo de Sandro en el partido contra el Sevilla fue una muestra más de que el canario no termina de encontrarse con esa versión que irrumpió en el Málaga y le convirtió en uno de los delanteros de moda del fútbol español. En la elección de sus destino después de aquella explosión radica su actual momento.
A Sandro lo cortejaron el Sevilla o el Atlético de Madrid, que vieron en su cláusula de rescisión de seis millones de euros una ganga. Sin embargo, acabó emigrando hacia el Everton. Sandro no se adaptó al fútbol inglés y al poco ya estaba explorando vías para regresar a España. Antes de partir, anotó en un partido de Europa League su último gol en partido oficial. Fue el único tanto de su equipo en el 1-5 que sufrió ante el Atalanta en la Europa League. De aquel 23 de noviembre va camino de cumplirse un año ya.
Sandro llegó como cedido al Sevilla en enero de 2018 con el mercado invernal a punto de finalizar. Con el Sevilla disputó 18 choques en los que no vio puerta. Con todo, en Nervión pensaron quedarse con él, pero finalmente se buscó en el mercado otra opción. Cuando el mercado tocaba a su fin, de nuevo encontró una cesión, esta vez a la Real Sociedad, con la que lleva seis partidos sin ver puerta.