El
Real Madrid se ha visto obligado a prolongar su odisea en
Navarra, donde deberá permanecer, en contra de su deseo, una noche más.
"Nosotros jugamos el partido porque nos dijeron, pero al final en estas condiciones hemos visto lo que hemos visto", declaró el sábado un indignado
Zinedine Zidane tras el empate a cero frente a Osasuna en El Sadar."No sabemos cuándo vamos a volver, si mañana o pasado", ahondaba el técnico
galo. Una previsión pesimista que se ha acabado cumpliendo, pues si bien la intención de la
expedición era volar este domingo, finalmente tendrán que volver a pernoctar en
Pamplona y realizar el traslado en la mañana del lunes debido a los problemas en las comunicaciones con el
aeropuerto de Barajas.
La intención ahora es viajar directamente a
Málaga, donde el próximo jueves el equipo afrontará
el encuentro de la Supercopa de España frente al Athletic Club. El plan pasa por ejercitarse lunes, martes y miércoles en la ciudad andaluza antes de enfrentarse a los leones en
La Rosaleda el jueves. El ganador de ese duelo disputará, el domingo 17, la final en el estadio de
La Cartuja de Sevilla, ante el que pase del otro cruce entre
Barcelona y Real Sociedad.
El equipo aterrizó en la capital
navarra el viernes pasadas las once de la noche, después de estar encerrado varias
horas en su avión. Una circunstancia que provocó el
enfado de muchos miembros del plantel y cuerpo técnico, de la opinión de que el encuentro debería haberse
aplazado por las condiciones meteorológicas. Además de Zidane,
Courtois se mostró muy crítico con la forma de actuar de LaLiga.