El
Betis, como el
Getafe, llevan casi un año pendientes de
Brahim Díaz, que acaba de cumplir
21 años y que necesita jugar más pronto que tarde. Su fichaje, el Día de Reyes de
2019, por el
Real Madrid le hizo concebir muchas esperanzas de
explotar por fin en un grande del fútbol español, europeo y mundial, aunque el malagueño apenas ha tenido oportunidades a las órdenes de
Zidane, lo que no ha sido óbice para que apostara por
quedarse en Chamartín en las dos últimas ventanas de transferencias, a pesar de contar con muchas ofertas para marcharse cedido.
Este verano, su futuro apuntaba al mismo destino, en principio supeditado a las
salidas que haya y, en especial, a lo que ocurra con
Lucas Vázquez, aunque el cuerpo técnico blanco estudiará a toda la plantilla, los que vuelven de la diáspora y los
canteranos, por la certeza de que no habrá muchas ni caras incorporaciones. Eso podría generar una nueva oportunidad para el
extremo costasoleño, el principal artífice de una continuidad que choca con su acusado
ostracismo en el último año y medio como merengue.
El desembarco en La Palmera de
Manuel Pellegrini, con quien Brahim mantiene una
excelente relación desde que aquél lo descubriera en la cantera del
Málaga y recomendara al
Manchester City su contratació, se presentaba como un aval a favor de los verdiblancos en caso de que el atacante se decidiera a probar nuevas aventuras, si bien el simple hecho de que esta opción sea real ha disparado el número de pretendientes, dentro de LaLiga (el mencionado Getafe, el
Granada, la
Real Sociedad...) como fuera.
El último preocupa especialmente, por su
potencial económico para asumir fichas altas como por su condición de club histórico y atractivo. Se trata del
Milan, que, según 'La Gazzetta dello Sport', estaría interesado en hacer negocio en el Santiago Bernabéu. Paolo
Maldini, responsable de la planificación 'rossonera', estaría en contacto con sus homólogos madridistas para reclutar no sólo a Brahim, sino también a
Jovic y
Óscar Rodríguez. El escollo para que la operación salga adelante estriba en que los blancos quieren hacer caja con estos dos últimos, mientras que los lombardos apuestan en principio por las
cesiones remuneradas con opciones de compra.