El Málaga firmó en Butarque la
permanencia de manera virtual. Lo hizo gracias a un
Pablo Guede que ha resucitado al equipo en plena
Semana Santa. Parece un guion de película, una alineación de los astros, pero no es más que la transformación y cambio de cara de un vestuario que vuelve a sonreír, que vuelve a disfrutar del fútbol y que se aleja de los puestos de descenso a falta de seis partidos para el final de curso. Los goles de
Vadillo, Antoñín (ambos de penalti) y
Sekou Gassama rubricaron un merecido triunfo en Butarque, que no conocía la derrota desde la llegada de Nafti. Doble mérito.
Revolución de
Pablo Guede en su primer encuentro como
entrenador malaguista lejos de La Rosaleda. No por jugadores, pues solo hizo dos cambios respecto al encuentro frente al Valladolid, sino por el
sistema de juego. Con Escassi formando pareja de central junto con Peybernes, eran Genaro, Ramón y Jozabed los encargados de organizar el juego blanquiazul en una especie de
4-4-2 en rombo. La misión era clara, puntuar en Butarque. Era una obligación después de la victoria del Amorebieta.
Empezó muy atrevido el conjunto boquerón. Dos saques de esquina a favor y un gran golpeo desde el vértice del área por parte de Antoñín en los primeros diez minutos de partido evidenciaron la transformación de un equipo sin miedo y complejos. De hecho, el dominio del esférico y partido era para el Málaga, con la paciencia y tranquilidad que proporcionaban en el centro del campo Febas y Ramón. El protagonismo era visitante.
Pese a ello, las ocasiones brillaban por su ausencia cumplida la primera media hora del choque. Eran
Guede y Mehdi Nafti desde el banquillo quienes exigían más celeridad en sendas circulaciones con el fin de ocasionar algún desajuste defensivo en el rival. Comenzó a trabarse el partido con
numerosas faltas que interrumpían la continuidad del juego a falta de diez minutos para el descanso.
Tanto que lo más reseñable hasta el final fueron dos amarillas, una para cada equipo, mostradas a
Genaro Rodríguez y Sergio González. También el sentido táctico implantado por Guede, que permitió a Dani Martín ser un mero espectador hasta el descanso sin ninguna intervención. Así terminaría una primera mitad más que aburrida para el espectador.
Arrancaba la segunda mitad sin cambios en ambos equipos. A falta de mordiente ofensiva, era a balón parado cuando el Málaga conseguía inquietar al guardameta del Leganés. Así llegó la más clara de los de Guede. En una falta lateral lanzada por Vadillo, Jozabed, libre de marca y a escasos metros de la portería, no logró contactar con el esférico para desesperación y lamentación del sevillano.
Avisaba el Málaga de lo que estaba por llegar. Un minuto después, Víctor Gómez filtró una gran bola a Antoñín dentro del área. El malagueño, después de un excelso reverso, fue zancadilleado y, por lo tanto, provocó el penalti a favor de los blanquiazules (de amaranto en Butarque). Vadillo, ante la ausencia de Brandon, se llenó de personalidad y lanzó al fondo de la red el esférico. 0-1 minuto 57.
Revolucionó Nafti el banquillo con la incorporación de tres hombres. Bárcenas, Qasmi y Róber Ibáñez entraron al terreno de juego para intentar dar vuelta al marcador. La reacción no tardó en llegar. Minuto después, tras una gran combinación de pases por banda derecha, Arnaiz remató solo de cabeza para poner el empate, pero se encontró con la mano de Dani Martín. Una parada inverosímil que salvaba al Málaga de la igualada.
Por una vez, la diosa fortuna estaba del lado blanquiazul. Y se demostró en la siguiente jugada cuando Omeruo cometió el error que le costaría el partido al Leganés. En una acción sin peligro y donde Jozabed se iba alejando del área, el nigeriano golpeó con el codo la cabeza del '19' provocando, de nuevo, la segunda pena máxima a favor del Málaga después de ser ratificado por el Vicandi Garrido desde el VAR.
Esta vez no fue Vadillo sino
Antoñín el encargado de lanzar el penalti. Calcando a su compañero, mismo lugar y mismo resultado, gol para los de Martiricos y cerrada celebración del banquillo, consciente de que la victoria estaba prácticamente cerrada.
Efectividad máxima, irónicamente el mayor déficit del equipo durante la temporada.
La frustración se apoderaba de un Leganés perdido y noqueado por los golpes blanquiazules. Con los locales desplegados en ataque, una transición rápida del Málaga sentenciarían el encuentro. Entre los recién entrados al campo, Paulino para asistir y Sekou para empujarla a bocajarro, rubricó un contundente 0-3 en territorio hostil. Primera vez en toda la liga que el Málaga marca tres goles en un partido. De esta manera, Pablo Guede resucita al Málaga en plena Semana Santa.
-Ficha Técnica:Leganés: Dani Jiménez; Nyom, Omeruo, Sergio Gonzalez, Javi Hernández; Recio (Bárcenas, 57'), Cisse; Naim (Róber Ibáñez, 57'), Pardo, Arnáiz; y Bautista (Qasmi, 57').
Málaga: Dani Martín; Víctor Gómez, Escassi, Peybernes, Javi Jiménez; Ramón (Paulino, 64'), Genaro, Jozabed, Antoñín (Sekou, 78'); Febas (Andrés Caro, 88') y Vadillo (Brandon, 64').
Árbitro: Aitor Gorostegui Fernández-Ortega (Comité Vasco).
Goles: 0-1 (57'): Vadillo transformó engañando al portero el penalti provocado por Antoñín.
0-2 (63'): Jozabed forzó ante Omeruo la pena máxima. Esta vez fue Antoñín quien puso el segundo.
0-3 (86'): Sekou remató a bocajarro un buen servicio de Paulino para sentenciar el partido
Estadio: Butarque.