El malaguismo ha recuperado la
ilusión y alegría. Todo gracias a la llegada de
Pablo Guede al banquillo blanquiazul y sin llegar a conseguir la victoria en el primer partido. Pero el efecto ya se ha notado. Guede rompe con un maleficio arrastrado por
José Alberto López y Natxo González.
La cara del Málaga CF contra el
Valladolid mejoró en relación a partidos anteriores. Sobre todo en agresividad, actitud y eficacia de cara a portería. Es este aspecto el que más destacó en su debut. Un equipo con más mordiente ofensiva y generando mucho más peligro.
La Rosaleda presenció dos goles de su equipo. Tampoco es un número abismal, aunque para el contexto en el que llegaba el vestuario supone una mejoría notable. Y es que
Martiricos ha sido fiel testigo del déficit anotador de la plantilla. Sólo en cuatro partidos vio como el Málaga era capaz de anotar más de un gol. Tres con José Alberto López,
una con Guede y ninguna vez con Natxo González.
De seguir así, batiría todos los registros acumulados durante esta temporada en cuanto a
cifra anotadora se refiere. Lo que incidirá directamente en los puntos obtenidos (el Málaga se ha dejado puntos en el camino por la falta de gol) y, en consecuencia, al logro del objetivo de la
salvación sin sufrir más de lo sufrido, que no es poco.
Pero esta mejoría ha de confirmarse, no fruto de un día, sino que debe prolongarse en el tiempo. Trabaja para ello Guede, que ya en su primer día rompió un maleficio que arrastraban los dos entrenadores:
marcar gol en sus estrenos.
La Rosaleda presenció el efecto Guede
No lo consiguieron hacer José Alberto López ni Natxo González. El ex del Sporting de Gijón empató a cero contra el Mirandés en la primera jornada de liga allá por el mes de agosto. Tras su destitución en enero, el técnico vitoriano le relevó sin éxito en el banquillo. Ya presentó
síntomas de debilidad en ambas áreas en su estreno, precisamente, en Anduva contra el mismo rival, el Mirandés.
El 3-0 final reflejaba el debe del equipo de cara a puerta. Lejos de acertar, tampoco generó peligro en su estreno. Sabía que tenía que incidir en ello
Pablo Guede, y consiguió romper con el maleficio. Dos goles muy trabajados y que son espejo del equipo que quiere el argentino: dinámico y con
transiciones rápidas (así llegó el gol de Brandon Thomas) y siendo
agresivos en la presión (el gol de Vadillo llega gracias al esfuerzo de Antoñín en la salida de balón del Valladolid).