Nueva final para el
Málaga CF en su pelea por la permanencia. El
Girona espera la visita de un equipo muy tocado en lo psicológico y anímico. También en la
unión del vestuario y el compromiso con el club, tema de debate durante toda la semana. Montilivi es la piedra más reciente de un camino lleno de baches. Como el que se le presenta a
Natxo González, que depende de una victoria para continuar en el cargo.
De hecho, de perder o, inclusive, de empatar, el técnico vitoriano sería
cesado como entrenador faltando tres meses para el vencimiento de su contrato con el club. Los resultados hablan por sí solos.
Una victoria en nueve partidos. Números, sin duda, de
descenso. Quiere cambiar la dinámica cuanto antes, y lo tendrá que hacer ante el peor rival posible. El Girona, con cuatro victorias y un empate en sus últimos cinco compromisos, es de los equipos más en forma.
Como lo es Stuani, con 17 goles en el campeonato liguero, la principal amenaza del conjunto catalán. Estarán, para defenderles a capa y espada,
Víctor Gómez y Peybernes. Ambos regresarían al once después de no participar en la derrota 0-2 frente al Huesca. No sería la única novedad, pues se esperan más cambios en el once.
Por ejemplo, la portería podría sufrir una transformación con la entrada de
Dani Martín. Aunque parece menos probable -sería cargarse a Dani Barrio después del garrafal fallo en el primer gol encajado la jornada anterior-, es la ocasión más cercana con la titularidad para el joven guardameta gijonés. A continuación el de Natxo González: