El
Málaga y la Ponferradina, que sigue su periplo de disputar la fase de ascenso y es quinto con 50 puntos, igualaron a cero goles en un partido de excesivo respeto por ambos equipos, con escasas ocasiones por los dos equipos y en el que el conjunto blanquiazul sigue
acumulando registros negativos, con siete encuentros sin vencer como local y cuatro meses sin conseguir el triunfo en el estadio de La Rosaleda.
El conjunto leonés tomó el mando del encuentro desde el inicio ante un equipo malaguista encerrado en su área y que escuchó la desaprobación del público por su apuesta miedosa, que continuó durante muchos minutos, y le dio vida al rival, que pudo adelantarse en el marcador con una jugada de tiralíneas que culminó con un disparo pegado al poste izquierdo del centrocampista
Agus Medina y que desbarató con una gran intervención .
El Málaga no espabilaba y seguía con el mismo planteamiento tímido, sin apenas acercamientos al área de la Ponferradina, que jugaba a placer, sin oposición, aunque en los metros finales se encontraba a la zaga malaguista cerrada cerca de
Dani Barrio.
La decepción era absoluta por parte de los aficionados malaguistas por el juego de su equipo, contemplativo, sin salir prácticamente de su campo, escaso de ideas y sin mentalidad ganadora.
Tardó el
Málaga 24 minutos para enlazar un centro por la izquierda, que despejó el guardameta Amir Abedzadeh por si acaso algún jugador blanquiazul intentaba rematar. Y el primer córner a favor fue en el 32, lo que indicaba el pobre planteamiento y el excesivo respeto hacia el contrario, que se fue mitigando en el tramo final de la primera parte, cuando generó varias ocasiones de peligro con entradas por ambas bandas cuando los centrocampistas Jozabed Sánchez y
Aleix Febas empezaron a dirigir el balón.
Los locales cambiaron el decorado en la segunda parte, en la fueron más incisivos en los comienzos con una clara ocasión del delantero
Brandon Thomas, que fue agarrado por un contrario cuando iba a rematar. Pero el colegiado catalán García Verdura mandó seguir y, aun así, el balón tocado por el jugador malaguista con la espalda pegó en el poste.
La
Ponferradina, quizás viendo que la estrategia de la primera parte con salida fulgurante no dio resultado, cedió el dominio al Málaga, se pertrechó atrás, vio a medida que transcurría el encuentro como se iba consumiendo físicamente el Málaga, y esperó pacientemente alguna acción para desnivelar el
empate a cero, aunque el final se acercaba y esa posibilidad no llegaba.
Al final, empate sin goles tras una primera parte donde la Ponferradina fue más incisiva y una segunda donde el Málaga buscó el gol.