Era importante en el Málaga de
Juan Ramón López Muñiz. Aportando goles trascendentales para aquel equipo que luchaba por subir a Primera División y que se quedó a las puertas tras ser eliminado por el Deportivo de la Coruña.
Jack Harper tuvo una enorme e inmediata incidencia desde que el entrenador asturiano lo subiese del filial al primer equipo. Junto a Blanco Leschuk formaron una pareja que perduró durante muchos meses en los esquemas de Muñiz. El escocés logró cuatro dianas que valieron un total de
12 puntos. Más provecho imposible. El estado de forma en el que se encontraba el delantero fue motivo para que equipos de la máxima categoría del fútbol español se interesasen en él.
El que lo hizo con más determinación fue el Getafe, que llegó a cerrar su acuerdo -Harper cumplía contrato
con el Málaga ese mismo verano- en el
mes de febrero de 2019. Los azulones abonaron una cifra alrededor al millón y medio de euros. Una operación que parecía rentable por calidad y precio, pero que terminó significando un retroceso en la carrera del criado en la cantera del Real Madrid y Brighton. Después de unirse a la dinámica de
José Bordalás por aquel entonces, recibió la noticia de que no contaban con él para la siguiente campaña.
Obligado por las circunstancias, debía encontrar acomodo en otro equipo. Eligió al
Alcorcón con la intención de recuperar su nivel mostrado en la Costa del Sol, pero esto nunca llegó. Sin pena ni gloria en la cesión al cuadro madrileño, donde no logró marcar en los 13 partidos disputados con los alfareros. Sin sitio en la primera plantilla del Getafe, tuvo que marchar a
Cartagena ya en la temporada 2020/2021, también en
Segunda División. La falta de protagonismo y el mal rendimiento mostrado por el ariete impulsó al jugador a buscar de nuevo otro destino en la
ventana de invierno del mismo curso.
Esta vez fue el
filial del Villarreal el que apostó por las prestaciones de Jack Harper. A priori, tenía que ser clave en los meses que restaban antes de regresar a su club de origen. Tampoco fue así, pues sumó dos dianas en 11 encuentros y con el condicionante de la categoría, la
Segunda División B. Un total de tres cesiones en cuestión de dos temporadas, imposible para encontrar la deseada regularidad.
Nuevo paso sin relevancia en Primera RFEF
En un nuevo intento por recuperar al
Harper que brilló a las órdenes de
Muñiz (no así en la última etapa de la temporada con Víctor Sánchez del Amo en el banquillo), el Getafe volvió a cederlo, esta vez al
Racing de Santander. Mismo resultado, al menos hasta el momento, que en cursos anteriores. Con solo 14 encuentros disputados -ninguno completó los 90 minutos- solo ha podido celebrar dos goles. Una cifra bastante pobre teniendo en cuenta la categoría, Primera RFEF. De hecho, en el pasado encuentro de los santanderinos no llegó a saltar al verde. Los cántabros son líderes actuales del grupo I, misma liga donde milita, casualidades del destino, el Deportivo de la Coruña, último rival al que se enfrentó siendo jugador del
Málaga CF.
Todavía le restan dos años más de contrato con el Getafe (30 de junio de 2024), aunque todo apunta a que podrían rescindirselo sino eleva su nivel antes de que acabe la temporada. Una desescalada, la de Harper, que le ha llevado de ser titular con Muñiz a banquillo en
Primera RFEF. El fútbol, como la vida, da muchas vueltas.