"Este jugador va a levantar al público de sus asientos". Así presentó
el antiguo director deportivo del Málaga Mario Husillos a un joven chaval portugués del que hablaban maravillas en el país vecino. Su nombre,
Ricardo Horta.
El extremo había debutado con 18 años en Primera con el
Vitoria Setúbal y era capitán en las distintas categorías inferiores lusas. Fue el
Málaga, después de un intenso seguimiento, el que se adelantó a muchos otros clubes españoles e ingleses para hacerse con la nueva perla portuguesa. Pero en
La Rosaleda no pudo triunfar.
Y eso que nada más llegar,
sin haber cumplido los 20, debutó con la selección absoluta en un partido clasificatorio para la Eurocopa 2016. Entró en el minuto 56 sustituyendo al ahora jugador del
Real Betis Willian Carvalho. Incluso estrelló un balón en el larguero. Ahí se apagó su estrella.
En dos temporadas como malaguista disputó 56 partidos, marcó 3 goles y apenas sumó un par de asistencias. Se le veía potencial, pero no la rompía. Y acabó marchándose, primero como cedido y luego traspasado al
Sporting de Braga. Eso sí, en una brillante gestión del malogrado
Francesc Arnau,
el Málaga se quedó un 15% de sus derechos en caso de venta a un tercer club.Desde su regreso a su tierra,
Horta se ha salido.
Recién elegido por los entrenadores como segundo mejor jugador de la liga portuguesa por detrás de Luis Díaz, es la estrella del Sporting de Braga y lleva unas temporadas a un nivel excelso.
En 14 partidos esta temporada ya ha anotado 9 goles. Los mismos que marcó en 32 la pasada campaña, que ya fue muy buena para él.
Dos años se lleva hablando de un traspaso millonario que no llega.
La mejor oferta formal que llegó a Braga fue de 15 millones de euros procedente del Newcastle, de los que
unos 2,2 irían a las arcas del Málaga. En el Sporting lo tasaron en 30. Se habló este pasado verano de un
interés del Sevilla, algo que ya Monchi se encargó de negar. En Inglaterra sigue teniendo buen cartel. Y en La Rosaleda esperan como agua de mayo que más pronto que tarde llegue esa venta de Ricardo Horta para que, si no a los aficionados, sí levante de sus asientos a los responsables económicos.