La temporada del
Granada CF ha llegado a su fin. Y de qué manera. Cuando todo parecía de cara para conseguir la tan ansiada salvación, en casa, ante su gente, dependiendo de sí mismos ante un equipo que nada se jugaba, más complicado se encargaron de hacerlo los propios protagonistas de una temporada para el olvido.
El caso es que antes de la llegada de
Karanka, todo parecía más o menos decidido. Y más con aquella derrota de los nazaríes ante el colista Levante UD en Los Cármenes por 1-4. Después llegó Karanka y con él, un punto en el Metropolitano, dos victorias importantísimas ante
Mallorca y
Athletic Club y, de repente, el descenso. Con tan solo una derrota en el casillero del técnico vitoriano.
Esto refleja lo compleja que ya estaba la situación antes de su llegada. De hecho, era tal la ilusión y confianza que desprendía su equipo, un lavado de imagen asombroso, que la afición convencida de la salvación se volvió a enganchar. Tanto que el palo del descenso se hizo muy duro y aún sigue perdurando
en la retina de los seguidores rojiblancos. A pesar de la inamovilidad del club en los últimos días, ya parece que empieza a moverse algo en las oficinas del Nuevo Los Cármenes. Este martes,
comenzaron a rodar las primeras cabezas. Se trata de toda la
dirección deportiva de la entidad, encabezada por su director deportivo,
Pep Boada; el secretario técnico,
David Comamala; el jefe de ojeadores,
Pep Mercader; y el responsable de la coordinación del fútbol base,
Joan Torres.
El director deportivo nazarí llegó con mucha expectación a Granada, pues ha sido el descubridor de brillantes futbolistas como
Sergio Busquets,
Mauro Icardi,
Frenkie de Jong o
Ansu Fati, entre otros. Ahora, el catalán espera emprender una nueva aventura junto a su equipo, aunque antes ha querido despedirse de la afición del Granada mediante una carta, en la que se intuyen dardos hacia la propiedad china.
"Ha sido un periodo más corto de lo deseado, pero os aseguramos que desde el primer minuto hemos trabajado duro", expuso esta tarde en una carta de despedida Boada, que llegó el pasado verano y sólo ha estado una campaña en el club.
"Siempre hemos tomado las decisiones que estaban en nuestras manos con el fin de beneficiar al club", agregó el ya exdirector deportivo del Granada.
Boada destacó que ha sido "una temporada difícil" en la que "los resultados no han acompañado".
"Somos plenamente conscientes de que no hemos cumplido con el objetivo que nos habíamos marcado, lo que nos duele profundamente y asumimos las consecuencias", reconoció.
Boada mostró su "sincera admiración" a la afición del Granada porque les ha acompañado "partido a partido" y les ha sostenido "cuando el equipo más lo ha necesitado".
El dirigente agradeció también "el trato recibido" por parte de los empleados del Granada porque les han hecho "sentir como en casa".
"Deseamos de todo corazón que el Granada vuelva al sitio que le corresponde y que tanto merece su afición. Ahora, más que nunca, eterna lucha", subrayó en su escrito de despedida.