Tras el empate de la última jornada en un feudo tan complicado como el Wanda Metropolitano ante el Atlético de Madrid, el
Granada CF afronta este domingo a las 16:15 horas
la primera de sus cinco finales que aguardan antes del final de temporada.
Esta vez, la escuadra rojiblanca visita su propio feudo ante el
RC Celta de Vigo,
rival que pelea en estos momentos por la salvación matemática. Para esta cita,
Aitor Karanka no podrá contar con Víctor Díaz, Quini y Domingos Duarte, que cumplen ciclo de sanción, así como con Torrente, Neva y, previsiblemente,
algunos tocados que aparezcan con molestias.Con el ambiente enrarecido entre la afición rojiblanca por los acontecimientos y la poca preocupación del club en cuidar a su propia gente,
algo que se ve en hechos como el desplazamiento a Mallorca del próximo sábado, el Granada vuelve a su estadio para intentar sumar tres puntos muy valiosos.
Sin embargo, todas las miradas irán directas al palco, pues gran parte del graderío ya ha propuesto una pitada para las cabezas visibles de la entidad, la directora general
Patricia Rodríguez y el director deportivo
Pep Boada, aunque la propiedad esté establecida en China con lazos en España como el de
Sophia Yang, mano derecha del presidente
Rentao Yi, que aún no ha visitado Granada y que ni su propia afición tras más de un año saben de él.
Todo esto no ayuda a que la afición e incluso los propios jugadores se motiven, pues la ciudad y sobre todo el soberano público de Los Cármenes está ya cansado de todos los reveses sufridos no solo en lo deportivo.
La pasada campaña
Diego Martínez ya advirtió de esta posibilidad.
"El Granada será lo que su propiedad quiera que sea". Unas palabras que han caído sobre el Zaidín como una especie de maldición. Pues así ha sido. Muchos daban la razón al técnico por aquel entonces, aunque era pronto aún para saber hacia dónde iría el proyecto.
El Granada quiso
renovar a toda costa a
Diego Martínez, a quien consideraban pieza clave. Sin embargo, el entrenador vigués tras varios días de reflexión decidió no continuar con el proyecto, poniendo fin así al mejor momento de la historia del Granada CF.
Respecto a las críticas hacia al palco, a la fiel afición granadinista, que siempre ha cumplido con su cometido, no le queda otra que dejarse la voz en el estadio para animar a sus jugadores, ya que la existencia de este club en la máxima categoría pasa por su feudo, el Nuevo Los Cármenes.