El Granada CF se medía hoy al Deportivo Alavés en un enfrentamiento directo por la salvación, en el estadio de Mendizorroza. Antes del duelo a ambos solo les separaban tres puntos que marcan la línea entre el descenso y la permanencia.
Los rojiblancos, en el segundo partido de la era
Torrecilla se jugaban entrar en el descenso o tomar una renta con el descenso que le permita tener algo más de oxígeno. Para la cita ante los babazorros, el técnico interino decidió optar de nuevo con una defensa de cinco con las novedades de Sergio Escudero actuando de central debido a las sanción de Torrente y de Molina arriba.
En el ecuador de la primera mitad, Joselu cayó a la alfombra en lo que parecía ser fruto de un resbalón con el balón. Sin embargo, el VAR llamó la atención a Cuadra Fernández, que se dirigió al televisor y observó como, efectivamente, hubo contacto de Sergio Escudero con el gallego.
Al punto fatídico fue
Joselu, convencido de poder anotar el primero para los suyos. Sin embargo, bajo la meta,
Luís Maximiano estaba empeñado en mantener con constantes vitales a sus compañeros y al propio Torrecilla. El cancerbero portugués metió una mano abajo espectacular para arrebatar a Joselu el gol que tanto deseaba.
A la vuelta del entretiempo el Granada salió muy enchufado al tapete. Tanto que a la salida de un córner botado por Collado,
Sergio Escudero la enchufó de primeras entrando desde atrás en un auténtico golazo. Sin embargo, tres minutos después y en otro saque de esquina,
Escalante anotó el tanto del empate en una acción desafortunada en la que se lesionó
Carlos Neva.
Y apenas cuatro minutos después, tras una internada de Rioja por la derecha en la que ni Quini ni Germán estuvieron acertados, el futbolista puso un centro al área para que
Manu Vallejo culminara una remontada fugaz.
Ya en el minuto 76, tras una jugada embarullada y llena de cabezazos al áre,
Puertas consiguiño rematar al interior de la meta para hacer el empate. De primeras, Cuadra Fernández no lo vio, pero la repetición le tomó la contraria, era gol claro. Lo extraño fue el tiempo perdido desde la sala VAR. Cinco minutos para revisar un tanto que no arrojaba duda alguna.
Sin embargo, cuando todo parecía más que decidido, Machís ganó la partida a Laguardia en un carrerón y envió un pase medido para que
Luis Suárez en el segundo palo se redimiera de su error y culminara otra remontada en un partido de locos.