Real Madrid 1-0 Granada CF: Asensio desbarata la resistencia rojiblanca

Real Madrid 1-0 Granada CF: Asensio desbarata la resistencia rojiblanca
Marco Asensio celebra el gol con el que el Madrid derrotó al Granada. - Chema Ruiz España
Chema Ruiz EspañaChema Ruiz España10 min lectura
Cuesta definir al Granada de Robert Moreno porque es difícil pronosticar con qué traje salta al campo. En ocasiones, es un conjunto que practica un fútbol efectivo a la par que estético, capaz de borrar registros históricos y de anular a rivales como el Barcelona o el Atlético de Madrid. Otras veces, es un grupo desdibujado, que se mueve por inercia y sin plasmar una idea de juego definida, que resbala ante competidores directos por la salvación. Aún no se acostumbra la afición rojiblanca a recibir una de cal y otra de arena de su equipo. Este domingo, la moneda mostró cara, pero no obtuvo fruto. Se enfundó el mono de trabajo y se planteó levantar las fortificadas paredes de la Alhambra en el Bernabéu. Lo hizo durante buena parte del choque, hasta desesperar a un insistente Real Madrid, que sufrió los contragolpes granadinistas, pero un misil de Asensio tomó la curva necesaria para batir a un sublime Luís Maximiano.

El cierre del mercado arrojó un barreño de agua sobre el rostro rojiblanco, bastante diferente del que lució en la última jornada antes del parón. Robert Moreno estudió las lecciones de los duelos previos y concluyó que el equipo requería una metamorfosis, antes de dejarse arrastrar. La incorporación de un extremo más de los que ya disponía, además del que llegó para reemplazar a Machís, invitó a pensar que alguno de los hombres de banda se consideraba como mediapunta. Fue Collado el que actuó de enganche en Madrid, con el recién llegado Uzuni en el costado izquierdo. Jorge Molina fue el sacrificado en una alineación a la que volvió Gonalons. Ancelotti también rotó, aunque empujado por las bajas. A las de Benzema y Vinícius se unieron las de Casemiro y Lucas Vázquez, por gastroenteritis. Entraron Isco, arriba, y Camavinga, tras Modric y Kroos. El resto, en ambos planteles, fue lo esperado.

Los nazaríes se clavaron en la hierba del Bernabéu con una inusual calma ante la imprecisión local. El conjunto rojiblanco se agazapó desde el inicio, juntando líneas en campo propio mientras el Madrid buscaba las grietas. Amodorrado Camavinga, le robó Luis Suárez un balón que elevó las pulsaciones blancas. El cuadro de Ancelotti movía el balón ante un muro de franjas horizontales. Gonalons cazó el balón en otro error madridista, levantó el periscopio y detectó en la otra banda a Puertas, corriendo a la espalda de Marcelo. El francés, con elegancia y precisión, habilitó al almeriense, que golpeó la pelota con el empeine para obligar a Courtois a patear, por reflejo, lejos del área.

Tardó el Madrid en encontrar cierta comodidad. Apareció Isco, descolgado como falso nueve para dar mayor fluidez a la circulación blanca, y Maximiano estrenó los guantes con un disparo abajo de Marco Asensio. Fue creciendo el combinado blanco con la posesión, pero no infundía temor en el Granada. Los de Robert Moreno no percibían ni un ápice de inquietud, bien asentados en el campo, lo que sí despertó desasosiego en su oponente desde muy temprano. Atrincherados, aguardaban el error del rival sin apenas sufrir más que un centro de Carvajal que Carlos Neva desvió al larguero. Después fue Germán el que taponó un disparo de Rodrygo, que combinó con Camavinga, y Kroos acarició la parte superior de la red tras el córner inmediatamente posterior. En la grada, alguna mano se echaba a la boca para tapar la mueca de aburrimiento.

Quedó unos minutos aturdido el conjunto blanco y el Granada revolucionó el motor para intentar aprovecharlo. Collado encontró a Luis Suárez, al galope, y el colombiano, enfrascado en mil batallas, hizo buena la carrera de Uzuni por delante de un Carvajal despistado. El balón, sin embargo, se le quedó atrás al albanés, por lo que su disparo rodó blando hasta las manos de Courtois. De nuevo por la izquierda, apareció Carlos Neva en el área, que recogió un envío desde el carril contrario para patear a palos de rugby con su pierna mala. El miedo obligó a actuar al Madrid. Asensio quiso cambiar el guion con un latigazo plano que palmeó Maximiano y, después, asistió a Isco para que este provocara la misma réplica del portero luso.

Ancelotti vio los dientes al lobo y, antes de que pudiera explicar para qué emplea los incisivos, decidió fortificar el centro del campo. Llamó a filas a Fede Valverde, que sustituyó a un bisoño Camavinga. El arranque del segundo acto, sin embargo, no mejoró las sensaciones blancas y sí avivó al conjunto dirigido por Robert Moreno. Siempre más intenso que su rival, el cuadro granadino zanjó con soltura cada lance en los alrededores de su portería. Modric quiso escaparse de la celda rojiblanca que envolvía a cada jugador del Madrid que se asomaba al balcón del área, pero se lanzó Torrente a frenar el disparo como lo hizo Spider-man para evitar la caída de MJ en la última entrega de los filmes protagonizados por el superhéroe. La red tejida por los visitantes, pegajosa, desesperaba a los madridistas.

A la parte de arriba del reloj se le acababa la arena y al Madrid le entró la prisa. Imprimió ritmo a su juego y se empeñó en activar a Rodrygo. Pero, entonces, pareció que el que adquiría poderes arácnidos era Maximiano, que estiró los brazos para detener el chut del brasileño junto al poste derecho de la portería. Luego, calcó la reacción con otra intentona de Asensio. Entraron Jovic y Hazard, para tocar la corneta y disparar ya a discreción. Robert Moreno dio un respiro a Luis Suárez, por Jorge Molina, y sacrificó la media punta para que Petrovic se incrustase en el centro del campo. También entró Dani Raba, a quien Milião robó la cartera en el primer balón que tocó.

La pelota le quedó a un Marco Asensio desesperado, que, desde muy lejos, logró combar un disparo que rebasó la muralla y se alejó del guante de Maximiano. Directo a la red, medido y potente. Una pincelada de calidad imparable. La resistencia rojiblanca había dinamitado y tocó pasar al plan B. Entraron Arezo y Rochina, con la misión de guiar un avance de las tropas granadinas, pero el equipo estaba ya expuesto. Resbaló Torrente y Mateu amagó con pitar un penalti de Gonalons sobre Hazard que el VAR situó fuera del área. Luego, se entretuvo la defensa nazarí en rechazar las peticiones de Jovic de una mano de Germán y Asensio, insaciable este domingo, remató a bocajarro para que el portero del Granada volviera a lucirse.

El Granada no logró inyectar emoción. El Madrid, aunque lo intentó, tampoco volvió a batir a Maximiano, que se guardó un par de manotazos para cerrar el choque. La historia negra del conjunto rojiblanco en el Bernabéu se prolonga, al menos, un año más. También la mala dinámica del cuadro nazarí, que ya enlaza tres derrotas consecutivas. Este domingo, las sensaciones fueron otras, pero LaLiga se aprieta y las urgencias emergen. Seis puntos de margen con respecto al descenso ya no parecen un margen tranquilizador. A Robert Moreno le espera otra semana de reflexión y corrección. Espera la Real en San Sebastián. El equipo debe seguir pedaleando cuesta arriba.


Ficha técnica:



Real Madrid: Courtois; Carvajal, Militão, Alaba, Marcelo (Nacho 83’); Camavinga (Fede Valverde 45’), Modric (Ceballos 86’), Kroos; Asensio, Rodrygo (Hazard 64’) e Isco (Jovic 64’).

Granada CF: Luís Maximiano; Quini, Germán, Torrente, Carlos Neva; Milla (Rochina 79’), Gonalons; Puertas (Dani Raba 70’), Álex Collado (Petrovic 70’), Myrto Uzuni (Matías Arezo 79’); y Luis Suárez (Jorge Molina 61’).

Gol: 1-0: Marco Asensio, min. 73.

Árbitro: Mateu Lahoz, del comité valenciano. Amonestó a los locales Hazard y Asensio.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la 23ª jornada del campeonato nacional de Liga en Primera división, disputado en el estadio Santiago Bernabéu, ante 36.665 espectadores.