Saben los aficionados del Granada que, por serlo, deben sufrir, incluso en su etapa más dorada, y ello, un gen intrínseco en el granadinismo, no cambiaría aun con la salvación bien encaminada. El conjunto rojiblanco se complicó en exceso en solo cuatro días. Cayó en Getafe, tras desintegrarse, y
este domingo en Los Cármenes, ante un Osasuna superior desde el inicio. Sergio Herrera apenas sufrió en la meta rojilla. Sí lo hizo, y en exceso, la zaga nazarí, de nuevo frágil en facetas que antes dominaba.
David García abrió la lata en un saque de esquina y Kike García, verdugo habitual, sentenció con el equipo ya sobre la lona. Los de
Robert Moreno no expresaron capacidad de reacción, pese a dominar un tramo.
Se van al parón con margen, pero un paso más integrados en la pelea por evitar la quema. Los cimientos vuelven a temblar y el calendario no contribuye a que se extienda el optimismo.
El técnico catalán
introdujo rotaciones para dar refresco a algunos de los hombres más desgastados en su esquema. Relevó a sus dos laterales, Quini y Neva, para que Víctor Díaz y Escudero retomaran las armas. No fue su mejor día, atosigados por la profundidad navarra en los carriles. Montoro volvió al once dos meses después de su última alineación, para anclar a Milla unos metros por detrás de la franja en la que viene actuando, y Álex Collado estrenó titularidad en el lugar de un Machís de nuevo de capa caída. No varió ni el dibujo ni el resto de sus integrantes de inicio, si bien el boceto mutó durante el duelo. Arrasate también introdujo cambios, aunque menos significativos. David García, determinante en su regreso, y Manu Sánchez retornaron a la formación, de la que se cayó además Kike Barja, reclutado el Chimy para encarar desde la banda.
Pausado el arranque, los fantasmas volaron con libertad en cuanto el duelo comenzó a tomar ritmo. Los de Robert Moreno se vieron de nuevo en Getafe, espesos como el chocolate, engrumecidos en campo propio. Una suerte de dejà vu al que no le faltaron las lagunas atrás. Perdió Puertas en su territorio y Torrente saltó más que Budimir para evitar el remate.
El ariete se salió de su zona más tarde para descargar el balón sobre Moncayola, que ajustó a la red un tiro raso. El banderín alzado, por una posición justísima del punta, contuvo las lamentaciones, pero no pudo ahuyentar el runrún. Los rostros se descompusieron después, cuando el propio centrocampista navarro erró un penalti en movimiento, libre de marca.
Los de Arrasate agobiaban, con Manu Sánchez aguijoneando por su costado zurdo y Budimir instalándose en el área de Maximiano, siempre a la espera de los paquetes remitidos desde los flancos. Los rojiblancos, aletargados, apenas lograban clavar los tacos en suelo enemigo.
Entendió Robert Moreno que debía reforzar el pasillo central y renunció sobre la marcha a la doble punta, caído Luis Suárez al costado izquierdo y centrado Álex Collado tras Jorge Molina. No ganó en comodidad, pero sí en claridad. Milla y el hasta ahora único fichaje invernal del Granada comenzaron a alternar la dirección del juego hasta marear a Osasuna. Molina esperó a Puertas para que el almeriense activase a Sergio Herrera con un intento de vaselina tan sutil que se quedó en la faz del portero; después, Germán restó de frente para que Luis Suárez fusilara desde la frontal, adelantado de más el central.
El plan visitante, de excelente ejecución al inicio, se desbarataba, recio Torrente para controlar cualquier movimiento de Budimir. El joven murciano se está convirtiendo en un experto en lidiar con los tanques de Primera división. La grada, sin embargo, se estiraba para evitar la cabezada, sin ocasiones que la espabilaran.
El conjunto rojiblanco se volcó sobre la meta de Sergio Herrera, sin llegar a dañar los guantes del arquero. Collado danzaba por todo el campo, lo que otorgó otro aire a los rojiblancos, pero Osasuna cerró bien sus líneas para evitar la certeza en los metros finales. El catalán se quedó después en la caseta para que Montoro diera un paso adelante. Entró Gonalons en su lugar en el descanso, con la escoba preparada para liberar también a Milla de labores más sucias.
Con los caballeros de su vieja guardia al completo sobre el césped, el Granada no logró incomodar más al cuadro navarro. Los de Arrasate sí acecharon de nuevo la portería de Maximiano, que anduvo bien colocado para recoger primero un testarazo de Budimir y desviar más tarde con la mirada una volea de Brasanac. Puertas recogió un balón rebotado en el área, pero Juan Cruz, atento, se estiró a ras de hierba para taponar el disparo del '10' nazarí. No fue un cambio de tendencia, sino una ilusión.
El peligro vestía de verde en Los Cármenes y se presentaba como envío lateral. El conjunto rojiblanco sufrió sobremanera en estos lances, como viene haciendo en las últimas semanas, y el cántaro terminó por romperse desde la esquina. Rubén García combó la entrega y David García, como si tuviera muelles en las botas, se elevó por encima de todos para girar el cuello y desviar el balón a la red.
Moreno acudió a Machís, pero fue el Chimy quien se aproximó al gol. El argentino sorteó a Escudero y a Torrente para probar los reflejos del portero rojiblanco. Refrescó Osasuna a sus atacantes, con Javi Martínez y un Kike García que evidencia cierta aversión al cuadro granadinista, al que castiga en cada encuentro. Ni cinco minutos tardó en calentar las palmas de Maximiano, con un zurdazo en carrera. Después, con inquina, lo intentó a la media vuelta, desviado en esta ocasión, mientras el Granada se desangraba.
A la tercera, el atacante tachó el gol de su lista de tareas. Combinaron Brasanac y Nacho Vidal por la derecha, desguarnecida en el bando contrario tras la retirada de Escudero por Bacca, y el zaguero regaló el tanto al punta, soltado por Germán.
El Granada hacía ya minutos que había hincado la rodilla, sin expresar capacidad alguna de reacción. Osasuna no sufrió para conservar la renta y vivió cómodo el desenlace. Los de arrasate clavaron la bandera en Los Cármenes, donde solo lo habían hecho Betis, Real Sociedad y Real Madrid. Robert Moreno, que aún no se había quedado sin celebrar un gol en casa, no quería relajación tras el cambio de año, pero su equipo se durmió.
Dispone de un colchón que mantiene las alarmas apagadas, pero se marcha al parón con dos derrotas consecutivas que minan la moral del conjunto antes de una serie de duelos compleja. Ahora tiene tiempo para trabajar, reflexionar y revertir de nuevo la situación. Ya lo hizo una vez.
Ficha técnica:
Granada CF: Luís Maximiano; Víctor Díaz (Quini 70'), Germán, Torrente, Escudero (Bacca 80'); Antonio Puertas, Milla, Montoro (Machís 70'), Álex Collado (Gonalons 45'); Luis Suárez y Jorge Molina.
Osasuna: Sergio Herrera; Nacho Vidal, David García, Juan Cruz, Manu Sánchez; Brasanac, Moncayola, Lucas Torró (Oier 87'); Rubén García (Kike Barja 90+3'), Chimy Ávila (Javi Martínez 74') y Budimir (Kike García 74').
Goles: 0-1: David García, min. 63; 0-2: Kike García, min. 88.
Árbitro: Santiago Jaime Latre, del colegio aragonés. Amonestó a los visitantes Nacho Vidal y Brasanac.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la 22ª jornada del campeonato nacional de Liga en Primera división, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes, ante 12.471 espectadores. Antes del partido, se guardó un minuto de silencio en memoria del que fuera entrenador del Granada Francisco Gento y del ex jugador rojiblanco Jacob Azafrani 'Jaco'.