Dos hojas del calendario después, siete jornadas en su equivalencia competitiva, el Granada volvió a perder. Lo hizo, además,
con severidad en su visita al Coliseum Alfonso Pérez, ante un Getafe que mira hacia arriba. Los de Quique Sánchez Flores quieren alejarse de la pelea por la permanencia y no han sentado mala base. El conjunto rojiblanco entró fatal al duelo, atolondrado hasta que Sandro adelantó a los locales. La reacción fue inmediata y se tradujo en sus mejores minutos visitantes.
Un Jorge Molina excelso en el primer tiempo danzó en la zona de castigo y Luis Suárez empató. Sin embargo,
el equipo se deshizo como un azucarillo en el café que le hizo falta tras el descanso. Enes Ünal y Maksimovic ampliaron la ventaja hasta cambiar la sangre azulona por horchata. Erró Soria para avivar las esperanzas granadinista, pero Borja Mayoral, recién estrenado, aclaró que la remontada era una quimera.
Cuando el mercado de fichajes ponía el foco en Luis Abram, que entorna la puerta de salida, y el Coliseum situaba su atención sobre el retornado Jorge Molina, en ausencia de nuevos fichajes en el once propio, apareció Isma Ruiz por la bocana de vestuarios para reclamar protagonismo y peso.
Robert Moreno apostó por el joven mediocentro en lugar de Gonalons, tal vez pensando en la cercanía de la próxima cita, ante Osasuna.
El de Gójar fue la principal novedad en el conjunto rojiblanco, que también recuperó a Germán para apuntalar el muro frente a Luís Maximiano. El resto de la alineación fue la que la hinchada nazarí ya casi recita de memoria. Sánchez Flores varió poco su planteamiento con respecto al de la jornada previa. Mantuvo el esquema, pero dio entrada a Mathías Olivera en el flanco zurdo, a Arambarri en la franja ancha y a Sandro en punta. Se guardó para más tarde las caras nuevas.
Remozados los azulones, y no solo en la composición de su plantilla, salieron mandones al campo. Se aferraron al balón como lo hace el primero de la clase a los cinco últimos minutos de un examen y replegaron las líneas rojiblancas. No tardó mucho Machís en verse despejando balones, y tampoco se demoró demasiado el primer resoplo de Luís Maximiano, que contempló agradecido cómo Jorge Cuenca no lograba rematar un córner en el que se había desmarcado con facilidad. El Granada estaba ausente y se fueron amontonando las camisetas de franjas horizontales en la media luna. No logró Enes Ünal conectar el disparo pese a disponer de espacio para recrearse;
sí se escabulló del alboroto Sandro, que reclamó su sitio con un impacto cruzado que se alejó del guante del portero rojiblanco hasta acariciar la red.
Un sopapo de los que pican más por el frío, que sirvió a los de Robert Moreno para desperezarse y confirmar que se habían desplazado hasta Getafe. Sin perder la calma, el conjunto rojiblanco se dispuso desde el saque posterior a hilvanar sus primeras acciones, y apenas una le sirvió para restablecer el empate. Puertas se asomó al balcón del área, pero no vio claro el avance y cedió el balón a la internada de Quini.
El cordobés conectó con Jorge Molina, que se mueve en el rectángulo como si fuera el salón de su casa, y el alcoyano regaló el gol a Luis Suárez. El cafetero, que no marcaba desde noviembre, se lo dedicó a su compatriota Carlos Bacca.
Se invirtieron los papeles desde entonces. Aterrizados los nazaríes, Milla e Isma Ruiz comenzaron a pedir el balón. El madrileño rompió líneas y Jorge Molina, estelar, filtró para Luis Suárez, que desbordó a Soria y chutó a gol. Cuenca, raudo, escupió la pelota desde la misma línea. El veterano punta se llevó la ovación de la que fue su hinchada, de la que no se pudo despedir, y las disputas comenzaron a introducir pausas, más propias de otras etapas en ambos banquillos, que comenzaron a diluir al Granada. Ünal y Torrente salieron amonestados, mientras los locales trataban de aprovechar la tensión a balón parado, una suerte en la que cedieron demasiado los rojiblancos.
Cuenca, también protagonista en el área rival, remató un córner al poste y replicó de nuevo Molina con un disparo lejano que no inquietó al guardameta del Getafe.
Entre interrupciones y algún bostezo que despertó en la grada el tramo final del primer tiempo, el duelo se fue al descanso. A la vuelta, Robert Moreno dejó en la caseta a Torrente, tal vez pensando en no quedarse con uno menos, y dio minutos a Domingos Duarte.
Lo primero que vio el luso fue a Enes Ünal recortar sobre él y poner el balón en la escuadra tras un contragolpe que pilló a los rojiblancos aún saliendo del vestuario. Lo inició Sandro en un córner y le imprimió inquina el propio atacante canario, que encontró a su pareja en ataque. El turco no halló un aliado a la primera, pero, a la segunda, limpió las telarañas. Siete dianas lleva el ariete.
Quiso Machís calcar el guion del primer tiempo y disparó con dureza sobre el arco, pero esta era otra película.
El golpe del Getafe en esta ocasión sí que había mareado a los rojiblancos, que cedieron balón y continuaron sufriendo en cada acción de estrategia. Entró Montoro, dispuesto a señalar el norte. Se topó con un equipo en efervescencia, que se venía desintegrando desde las postrimerías del primer acto. Construyó con paciencia el Getafe,
erró Germán al marcar el fuera de juego y Maksimovic culminó el lance con el tercer tanto local.Los de Robert Moreno entraron en depresión y el Getafe se gustaba. Mucho más tensos que los rojiblancos, los locales inyectaron morfina al duelo sin dejar salir a su presa.
Tanto se relajaron, que cometieron un error gravísimo para meter al Granada en el partido. Luis Suárez, al impulso de una corazonada, persiguió un pase atrás como el tiburón que huele la sangre. A David Soria se le hizo de noche mientras escrutaba el horizonte en busca de un amigo con quien conectar y el colombiano, ágil, puso la bota frente al balón para que el intento de pase rebotara hacia la portería azulona. Uno de esos fallos que se recopilarán en los resúmenes cómicos al final del curso.
El nuevo escenario insufló esperanza en los rojiblancos, pero todo fue un espejismo. Robert Moreno dio entrada a Bacca para lanzarse al abordaje y el Coliseum recibió a Borja Mayoral con ilusión. De esta particular contraposición de delanteros salió vencedor el de Parla, que se encargó de desdibujar el espejismo en el primer balón que tocó.
Dejó sentado a Domingos Duarte y filtró un sutil disparo entre las piernas de Maximiano. El castigo fue severo para los nazaríes, que pinchan después de siete encuentros. A priori, mal menor, dada la cosecha previa. El Getafe es otro con Quique Sánchez Flores, y los refuerzos le desmarcan de la quema. Se aprieta la lucha y el calendario no invita a más relajación al Granada.
Ficha técnica
Getafe CF: David Soria; Damián Suárez, Djené, Mitrovic, Jorge Cuenca, Mathías Olivera; Arambarri, Maksimovic (Florentino 88'), Aleñá (Óscar Rodríguez 88'); Sandro (Mata 73') y Enes Ünal (Borja Mayoral 84').
Granada CF: Luís Maximiano; Quini, Germán, Torrente (Domingos Duarte 45'), Carlos Neva (Escudero 70'); Antonio Puertas (Bacca 83'), Isma Ruiz (Montoro 58'), Luis Milla, Darwin Machís (Álex Collado 70'); Luis Suárez y Jorge Molina.
Goles: 1-0: Sandro, min. 10; 1-1: Luis Suárez, min. 12; 2-1: Enes Ünal, min. 47; 3-1: Maksimovic, min. 63; 3-2: Luis Suárez, min. 78; 4-2: Borja Mayoral, min. 86.
Árbitro: Isidro Díaz de Mera Escuderos. Amonestó a los locales Enes Ünal, Sandro y Arambarri, así como a los visitantes Torrente, Puertas, Milla y Duarte.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la 21ª jornada del campeonato nacional de Liga en Primera división, disputado en el estadio Coliseum Alfonso Pérez, ante 7.634 espectadores.