Las reticencias de
Pau López a renovar su contrato y
el fuerte interés del Betis (y la Real) en ficharle se ha convertido en un tema de estado en el Espanyol.
El director deportivo,
Jordi Lardín, le puso un ultimátum y aseguró que
podría mandarle al banquillo si no renueva en un mes, ya que sabe que hay otros clubes que le quieren y no quiere perder el tiempo.
A esta amenaza respondió el propio Pau el domingo, tras el partido contra el Valencia, sin querer replicar a Lardín, pero pidiendo más tiempo al club.
“Puede decir lo que quiera, pues es el director deportivo y es una persona que tiene mucho peso;
yo no tengo nada que decir”, subrayó el meta catalán, que acaba contrato en junio.
“
Me quiero quedar aquí, pero está claro que
las cosas se tienen que decidir con tiempo y no se puede hacer todo con tanta prisa.
Hace dos días que tengo una propuesta, hay tiempo para hablar, pensar y sentarse. No se puede pretender que en dos días conteste”, concluyó el canterano blanquiazul, que no va a admitir presiones por parte del club.
El consejero delegado del Espanyol,
Ramón Robert, recogió el guante, aseguró que “todo el mundo quiere que la renovación de Pau López llegue a buen puerto” y
se mostró “optimista”, matizando en mucho el ultimátum al guardameta: “Lardín quiere saber cómo acabará, porque un club necesita planificar las cosas”, aseguró Robert, que cree que el límite salarial no será un obstáculo para garantizar a Pau “un contrato largo y de futuro”.