El Celta de Vigo realizó este viernes la última sesión de entrenamiento de la semana en las instalaciones deportivas de A Madroa, y lo ha hecho de nuevo a puerta cerrada para el público y los periodistas debido a la situación sanitaria a causa del coronavirus.
Como suele ser habitual, desde las nueve de la mañana los futbolistas y los integrantes del cuerpo técnico llegaron a la ciudad deportiva por separado en sus coches particulares. El entrenador Óscar García dirigió la sesión en el campo habitual de entrenamiento, y, siguiendo los protocolos de seguridad marcados por LaLiga, lo ha hecho sin los quince minutos abiertos a los medios de comunicación. Media hora más tarde que el primer equipo está previsto que realice un entrenamiento en la ciudad deportiva el segundo equipo, que tampoco jugará este fin de semana al suspenderse la competición en Segunda División B.