Milutin Osmajic está teniendo una temporada para el olvido. El delantero firmó por el
Cádiz en verano y tras una ilusionante pretemporada en la que marcó varios goles de bella factura, durante el primer tramo del curso en la Tacita de plata fue más noticia por sus líos extradeportivos que por sus actuaciones sobre el terreno de juego, llegando incluso a ser apartado del primer equipo y tener que entrenar y jugar con el filial en Segunda RFEF.
Con la llegada de
Sergio González y la incorporación de
Lucas Pérez en el mercado invernal, el ariete natural de Montenegro se quedó sin hueco en la plantilla del primer equipo y se marchó en enero cedido al
Bandirmaspor de la segunda división de Turquía para ganar experiencia y seguir fogueándose.
Aunque había marcado tres goles en sus primeros encuentros en el país otomano, y parecía que poco a poco esta encontrando el nivel que dio en la pretemporada con el Cádiz Club de Fútbol, el jugador ha vuelto a protagonizar una acción de mala conducta, aunque ahora sí ha sido dentro campo de fútbol.
En un compromiso de liga,
Milutin Osmajic golpeaba a un rival sin opción de disputar el balón dentro del área, el árbitro para el partido y le mostraba la tarjeta roja. Una acción por la que el futbolista será sancionado con tres partidos debido a que se trata de una agresión. Posteriormente, en un comunicado, su club afirmaba no entender la sanción impuesta al ariete al reiterar que no hubo nada y les parece incluso desmesurada, aunque en las imágenes se aprecia como golpea al defensor.
El jugador volverá al Cádiz cuando finalice su andadura en Turquía. Por el momento, no parece que vaya a poder formar parte de la plantilla, aunque el equipo descendiera a Segunda división. No ha terminado de adaptarse al fútbol del máximo nivel en Europa, y a pesar de sus buenas condiciones físicas, no ha terminado de tener un alto rendimiento.
Su sitio el próximo curso podría estar en otro equipo del fútbol español, preferiblemente en Segunda división para que vaya ganando experiencia en nuestro país. A pesar de que su primera temporada en el fútbol europeo occidental esté teniendo más sombras que luces, en el club siguen confiando en el potencial del futbolista, ya que solo tiene 22 años y un futuro prometedor por delante, aunque tendrá que demostrar que es válido para el fútbol al más alto nivel.