El cántabro
Álvaro González, actualmente en la disciplina del Olympique de Marsella, fue uno de los centrales que el
Cádiz CF tanteó el pasado mes de enero para reforzar su zaga. En las últimas horas del mercado llegó Luis Hernández, habiéndose descartado por diferentes razones tanto la incorporación de Álvaro González, que sigue en Francia, como de Martín Cáceres, que acabó firmando por el Levante.
Cádiz, Mallorca, Levante, Granada y Valencia, junto a alguna otra opción en Francia y en Turquía, fueron las alternativas que tanteó el central formado en el Racing de Santander.
Unas opciones de volver a LaLiga que, como ESTADIO Deportivo avanzó, nunca vio claras el futbolista, al ser clubes con demasiados problemas deportivos. Más llamativo, sin embargo, era un Valencia cuyo obstáculo fueron los problemas institucionales.
Ahora, en una entrevista con el diario
AS, él mismo lo confirma: "Durante el mercado de invierno les dije que no me iba a mover.
Al final todos sabemos lo que es el mercado de enero, las situaciones de los equipos que te quieren no son las ideales, están jodidos, lo están pasando mal. No es lo mismo ir ahí que ir a equipos que van bien, esos equipos no necesitan cambiar".La relación de
Álvaro González con Sampaoli, actual técnico del OM, no es la ideal, de ahí que su futuro se antoje lejos de Marsella el próximo verano. Sus planes, lógicamente, van por ahí: "Les dije que esperáramos a junio, que es un mercado más largo y en el que surgen más opciones y así hemos quedado. Me dijeron que no habría ningún problema, que me iban a respetar, que formaba parte de la plantilla como uno más y que si en algún momento tenía que jugar, lo iba a hacer. De momento voy convocado a todos los partidos, intento ayudar al grupo en todo lo que puedo desde mi experiencia. A partir de ahí, esperando cómo transcurre este año, que para mí está siendo un poco diferente".
También aclaró Álvaro cómo fue la negociación con el Valencia: "Hubo contactos. Me dijeron que me iba a llamar Corona, que es el director deportivo, pero allí también tienen un lío bastante grande. Se tenían que poner de acuerdo el director deportivo, el presidente, el entrenador y me imagino que alguna de esas partes no estaba al cien por cien segura de hacerlo. Lo único que dije es que, si se me quería, que se hiciese desde todas las partes, que, si no, no tenía por qué moverme, que no era necesario".