Redacción Deportes, 6 abr (EFE).- El jugador del Cádiz Juan Cala ha manifestado este martes que "nunca, nunca" le dijo "negro de mierda" al defensa francés del Valencia Mouctar Diakhaby en el duelo del pasado domingo en el Ramón de Carranza.
Visiblemente enfadado por lo que considera "un circo mediático" y un "linchamiento" hacia su persona, el zaguero lebrijano ha negado de manera taxativa unos hechos que considera que no se han producido, que "en un estadio vacío y sin público nadie escucha nada" y por los que, tanto él como el club, según apuntó, emprenderán acciones judiciales.
Juan Cala, de 31 años, explicó que el origen de estos hechos radican en un lance del juego con Diakhaby y que, a raíz de un choque, el central galo le "increpa" y, tras un intercambio de palabras entre ambos, es cuando se desencadena la reacción del zaguero valencianista y la posterior retirada temporal del conjunto ché del césped del Carranza.
"Me increpa, me vuelvo con aspavientos y le digo que me deje en paz y sigo para adelante. En ese mismo momento se desentiende de la jugada, se viene hacia mí y me dice que le he dicho negro de mierda, le intento tranquilizar en dos ocasiones, le digo que no he dicho eso, me empuja, se lo repito y me vuelve a empujar", evocó con minuciosidad Cala.
El central prosiguió su relato de los hechos y señaló que su compañero Fali llegó a separar y que es en ese momento cuando se forma la tangana, de la que él dijo que se quedó fuera porque pensó que "venía a provocar" su segunda tarjeta y que, cuando Diakhaby ve que se la saca a él, "monta en cólera y vienen las imágenes tan desafortunadas que todo el mundo conoce" con "Gabriel Paulista diciendo lo que le han dicho".
Cala declaró no tener "ningún problema" en hablar "a solas" con Diakhaby y aclararlo todo, lo que consideró que debió hacerse ya en el mismo estadio, y señaló que el francés, o bien "se lo ha inventado" o lo ha "escuchado mal", por lo que abogó que se investiguen a fondo los hechos y se demuestre "la verdad".
Por esta razón, insistió en la gravedad del linchamiento mediático que está sufriendo, de las amenazas que han recibido tanto él como su familia por redes sociales y de la necesidad de poner coto o freno a "este "circo" en el que se ha producido una vulneración de su presunción de inocencia.
Sobre las críticas recibidas por parte de algunos políticos, afirmó que "los que mandan en este país deberían respetar más la presunción de inocencia" y que le "gustaría" que "algunos se atrevieran" a llamarle pare pedirle disculpas por su condena anticipada".
Entre otras cosas, dijo que él está dispuesto a abandonar el fútbol si se demuestra que la afirmación del francés de que compañeros del Cádiz trataron de que volvieran al terreno de juego ofreciendo la posibilidad de que Juan Cala se disculpara.
En contrapartida, el central de Lebrija destacó el apoyo de "quinientos o seiscientos" compañeros de la decena de clubes en los que ha militado en toda su carrera de doce años como profesional y cuatro ligas diferentes, en los que, apuntó, ha compartido vestuario con jugadores de todas nacionalidades y razas que pueden dar fe de que no es racista bajo ningún concepto.
"He convivido con chinos, ingleses, suramericanos, africanos. He estado con Benjamín (Zarandona) y Kanouté en Guinea en ayuda humanitaria. Se me está acusando de algo que no soy y ahí está la hemeroteca. No tengo que demostrarlo. Estoy en estado de shock", aseveró Cala, quien también lidera una plataforma de apoyo al pueblo saharaui.
Cala ha insistido en que desde el primer momento quiso salir a dar explicaciones en todos los medios que se lo pidieron, aunque siguió el mandato de su presidente, Manuel Vizcaíno, el mismo domingo por la noche y el lunes por la mañana, de no comparecer y de que se tranquilizara.
"No hay racismo entre los jugadores en el fútbol español", subrayó Cala, quien criticó la demagogia en este asunto y pidió que no se normalice un caso como éste "ni en el fútbol ni en la sociedad: en este país no todo puede valer, sienta un precedente bestial", enfatizó con amargura el zaguero.