El
Betis está muy pendiente de todo ingreso
extraordinario que pueda mitigar los efectos que la pandemia del
coronavirus ha causado en la economía de muchos clubes de fútbol, entre ellos el verdiblanco. Ya avisaba el presidente Haro de que, aunque no es la única vía para
equilibrar las cuentas, la venta de jugadores podría ser una
solución, aunque también vendrían bien réditos en forma de derechos de formación o de porcentajes de efectivos que fueron vendidos a otras entidades. Son los casos de
Dani Ceballos (a Heliópolis llegaría el 3% de cualquier traspaso que requiriese de tránsfer internacional),
Fabián (un 4,5%) y
Junior Firpo.
En lo que se refiere al carrilero zurdo, su venta por parte del
Barcelona dejaría en las arcas béticas un
20%, pues esa quinta parte de los
derechos federativos del hispano-dominicano pertenece aún a la institución de La Palmera. Los problemas vienen tanto por el deseo del zaguero criado en la Costa del Sol de hacer carrera en la Ciudad Condal como por las altas exigencias culés, que, con
40 millones de partida, frustraron el verano pasado tanto que abaratase la 'operación
Lautaro Martínez' como que recalara en el
Atalanta.
Desde Italia insisten en que el
Inter de Milán continúa muy interesado en Junior, hasta el punto de que volvería a la carga en enero o el próximo estío, aunque 'Sport' habla de otros pretendientes. El último (y el que, en teoría, tendría ahora la negociación más avanzada) es el
Nápoles, que ya tentó en la pasada ventana de transferencias al lateral, que descartó salir ante la insinuación por parte de
Koeman de que contaría más con él. Convencido ya de que no será así, Firpo podría dar su brazo a torcer. Los partenopeos planterían una cesión remunerada hasta el 30 de junio de 2022 (
18 meses), con una
opción de compra que el Barça pretende que sea obligación y no inferior a los
20 kilos. El Betis, muy atento.