Muchas veces se ha dicho que
Rakitic se irá del
Barça cuando él quiera y fichará por el club que desee. No es un mensaje para la galería sino un certeza basada en la experiencia. El centrocampista croata lo demostró en el
Schalke 04 y en el
Sevilla, soportó todo tipo de presiones, dio largas, se centró en el fútbol, esperó y salió cuando quiso y a donde quiso. Y este verano se encuentra en la misma situación que entonces, con un año de contrato por delante, sin renovar -no se lo han ofrecido- ni aceptar las opciones que le presenta el Barça, ni sucumbir a su presión y sin que el club blaugrana pueda hacer nada por
impedir que dentro de doce meses de vaya gratis.
Ante esto, el Barça
se habría plegado a sus deseos de hacer negocio con el croata y, según publica el diario Sport en su edición de hoy, ya "contempla hablar de una salida pactada a un precio reducido, aunque el Sevilla, por ahora, no hace movimientos a la espera de que el futbolista mantenga firme su postura".
Hasta cierto punto tiene lógica la postura blaugrana. La crisis económica y los altos sueldos de su plantilla le han afectado y está tratando de sacar dinero de todos lados para cuadrar las cuentas. Ha intercambiado a
Arthur por
Pjanic y, en lugar de jugadores, ha aceptado una diferencia de 10 millones más variables para poder pagar su sueldo; ha negociado la venta de
Cucurella por 10 millones cuando la opción del Getafe era de 6, pero a cambio, renunciando a un 30% de una futura venta; está intentando sacar dinero por
Todibo, Rafinha, Wagué... Y con
Rakitic, todo lo que pueda rascar, por poco que sea, también sumará.
Ante esto, tanto
Rakitic como el Sevilla sólo tienen que esperar. Monchi no hará movimientos hasta que no sepa dónde va a jugar el Sevilla la próxima campaña y el jugador, con contrato en vigor y centrado en lo que se está jugando, no atenderá al mercado hasta que no acabe la temporada, que para él será a mediados o finales de agosto, tras jugar la
Champions. Si a eso añadimos que el mercado en España no se abre hasta el 4 de agosto y no se cierra hasta el 5 de octubre parece claro que puede ir para largo.
El jugador ha dejado claro que está "muy tranquilo" y que aún quiere "ganar muchos títulos con el Barça" en el año que le queda de contrato, pero no deja de mandar mensajes al
Sevilla. Todo dependerá de las prisas por vender del
Barcelona y de hasta cuánto está dispuesto a rebajar su salida, pues del precio que le pongan dependerá también el sueldo que pueda pedir en
Nervión. Y eso, en el club blaugrana, también lo saben. Y lo temen.