Un golazo de falta directa de
Dani Parejo en el tramo final provocó otra frustración esta temporada del
Atlético de Madrid, mejor que su rival cuando fue a por el partido, peor cuando replegó líneas con ventaja en el marcador y empatado cuando jugaba con diez, por la lesión en el tobillo del luso
Joao Félix.
Una igualada que multiplica las dudas del conjunto rojiblanco, ganador sólo de uno de sus últimos seis encuentros de la Liga, mientras acumula empates casi sin pausa, y que rearma aún más al
Valencia, superado en el primer tiempo, rehecho en el segundo e invicto en las cinco citas más recientes de
LaLiga Santander.
Y genera más debate con el estilo del
Atlético de Madrid. Porque el diseño de la plantilla dibuja en la mente de muchos otras perspectivas y muchas posibilidades, quizá, pero sobre todo porque los resultados son, ni se acercan, a todo lo que se espera. Cuatro victorias en nueve jornadas saben a muy poco. A casi nada. A decepción.
Es la exigencia histórica, interrumpida por algunos lapsus, que tiene el conjunto rojiblanco, antes, durante y después de
Diego Simeone. "Ganar, ganar y volver a ganar". En esas circunstancias, no hay argumento más irrebatible para un estilo, sea cual sea, que la victoria. La derrota no la sostiene ni siquiera el mejor fútbol. Es el 'resultadismo' con el que convive invariablemente hoy el juego.
Y en tal panorama, el empate contra el
Valencia, por más que el primer tiempo del Atlético fue tan potente como convincente, ni restituye la confianza ni vale para mucho más que la reflexión, aunque este sábado con una diferencia, por ejemplo, respecto a los últimos 0-0 con el
Celta, con el
Real Madrid o con el
Valladolid. Hoy, salió de verdad a ganar desde el principio, sin especular con el esfuerzo o el respeto, con la determinación de tal empresa.
Antes del 1-0 en el minuto 36, un penalti transformado por
Diego Costa por una mano de
Denis Cheryshev que necesitó la revisión televisiva sobre el césped del propio árbitro -también el público tuvo la oportunidad de verla en los vídeo marcadores y expresar su certeza por la claridad de la acción-, el
Atlético jugó para ganar en campo contrario, con muchos centros y alguna ocasión.
Hubo presión alta; un ritmo intenso; buenas jugadas colectivas, como la finalizada por
Saúl Ñíguez unos centímetros fuera, la que terminó
Morata en las manos de
Cillesen o la que definió desviado
Diego Costa; más participación de
Joao Félix, muy activo, y mucha insistencia arriba del Atlético hasta que estrenó el marcador.
También alguna respuesta más esporádica del Valencia, preparado para el contragolpe y para la ofensiva por las bandas, defendidas por la derecha por
Santiago Arias y por la izquierda por
Mario Hermoso, la sorpresa del once, y atento a cada error rojiblanco, pero sin profundidad ni pegada. En 45 minutos, un tiro de
Cheryshev.
Aún le quedaba el segundo tiempo al Valencia... Y al Atlético, que, fiel también a su estilo actual, recurrió un rato de nuevo a esa predisposición que siente cuando tiene una ventaja en el marcador de defenderla más resguardado en su territorio a la espera del contragolpe certero y definitivo para cerrar el duelo.
No lo encontró, porque el
Valencia ya no era el equipo que había esperado en el primer tiempo su ocasión al contraataque, al error ajeno o a alguna individualidad, sino que había dado un paso más, el mismo quizá que había concedido el propio bloque rojiblanco.
El
Valencia fue el que jugó entonces en campo contrario, el que manejó la pelota y el que insistió en ataque, también obligado por la derrota parcial, mientras la diferencia se movía en una línea tan fina como el larguero que repelió el remate de
Denis Cheryshev a pase de
Maxi Gómez, más rotundo que su marcador
José María Giménez.
Y, cuando el
Atlético había respondido con unas líneas más altas y con un control más claro del partido, perdió a
Joao Félix, dañado en su tobillo, que se fue cojeando al vestuario, tras ser atendido y sin cambios posibles, y su ventaja, con un golazo de falta de
Parejo al que no llegó ni siquiera
Oblak. Y gracias, porque el portero evitó luego la derrota, con otra mano prodigiosa de nuevo a
Parejo.
- Ficha técnica:
1 - Atlético de Madrid: Oblak; Arias, Giménez, Felipe, Hermoso (Lodi, m. 54); Joao Félix, Thomas (Lemar, m. 54), Koke, Saúl; Diego Costa y Morata (Marcos Llorente, m. 69).
1 - Valencia: Cillessen; Wass, Garay, Gabriel, Jaume Costa; Kondogbia (Gameiro, m. 64); Ferrán Torres (Carlos Soler, m. 70), Coquelin, Parejo, Cheryshev (Kang In, m. 78); y Maxi Gómez.
Goles: 1-0, m. 36: Diego Costa, de penalti.
1-1, m. 81: Parejo, de falta directa.
Árbitro: Cordero Vega (C. Cántabro). Expulsó a Kang In, del Valencia, en el minuto 91. Amonestó a los locales Thomas (m. 29) y Joao Félix (m. 44) y al visitante Cheryshev (m. 38).
Incidencias: partido correspondiente a la novena jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Wanda Metropolitano ante 61.603 espectadores. Antes del inicio del encuentro, Adelardo Rodríguez y José Eulogio Gárate, dos leyendas del club rojiblanco, entregaron una placa al argentino Jorge Bernardo Griffa, también leyenda de la historia del equipo madrileño.