Una semana dura, con tres empates en tres partidos manifiestamente mejorables de su equipo, ha cambiado el discurso del técnico argentino Eduardo Berizzo, que llegó a Bilbao propugnando presión alta y juego combinativo y se queda ahora con solidez en el medio campo y fútbol más directo.
Berizzo comenzó esta última semana de triple compromiso liguero pidiendo a su equipo imponer en Eibar el estilo trabajado desde su llegada a Bilbao, pero con el que no acababan de funcionar los 'leones'. Y, ya tras el choque de Ipurua, muy deficiente de sus hombres, el de Cruz Alta empezó a matizar su propuesta.
Así, se felicitó por el inmerecido 1-1 final valorando el punto logrado por un camino que -también asumió- no le gusta.
El Athletic no pudo nunca con el Eibar de José Luis Mendilibar y el empate final fue un mal menor en el primero de los tres partidos seguidos con el que el conjunto rojiblanco esperaba alejarse de una situación al filo de los puestos de descenso en la que todavía sigue tras la décima jornada de liga.
Tres días después, el 'Toto' repitió en Vallecas la fórmula que no le rindió en Ipurua en un terreno de juego de similares características, de dimensiones más reducidas que el resto de Primera. Al que salió con un medio campo del estilo que defendía, con dos jugadores dinámicos y de creación, Unai López e Iker Muniain, por delante del pivote defensivo, Dani García.
La primera parte en el campo madrileño fue un calco del choque de Eibar, y solo la salida en la segunda parte de Raúl García rescató a un equipo que zozobraba.
Si ya tras Ipurua Berizzo mascaba un cambio, no de sistema o de jugadores sino de filosofía, después de la decepción en el choque aplazado contra el Rayo, otro 1-1 final, dio el paso.
Decidió dar más energía al equipo, sobre todo al medio campo, y sorprendió en San Mamés con un 'trivote' por delante de la defensa con Dani García, Mikel San José y Mikel Rico, tres medios centro.
Algo que retrotraía más al mal año pasado con José Ángel Ziganda en el banquillo que a los buenos tiempos con su compatriota Marcelo Bielsa, del que se siente discípulo. Un aval en su llegada a Bilbao. Aunque el Toto no llegó a tanto como el 'Cuco', que colocó a tres centrales por detrás del trivote en un día nefasto en Girona (2-0).
Tampoco le salió la fórmula a Berizzo, si bien una ligera mejoría en la segunda mitad le acercó más a una victoria que no merecieron ni Athletic ni Valencia.
Llegó a ser tal la sensación de incapacidad del Athletic con esa nueva fórmula que el público de San Mamés, que capta como pocos las situaciones de especial debilidad de su equipo, empezó a animar y animar para mostrarle su apoyo. Y logró que reaccionara y hasta acariciara un triunfo que finalmente no llegó aún con una buena ocasión en el descuento de Raúl García.
Pero no parece que vaya a poder ir más allá esa inesperada propuesta de Berizzo, que cambió radicalmente de discurso en un síntoma claro de que ni salen las cosas ni él está convencido de como variar el rumbo.
Ahí, en los próximos movimientos y decisiones del técnico argentino, estará puesto el foco del Bilbao futbolístico en la larga semana previa a la visita al sorprendente Espanyol de Joan Francesc Ferrer 'Rubi', una de las sensaciones de la temporada.
En la alineación que ponga sobre el césped del RCDE Stadium y, más todavía en el resultado final, se juega Berizzo buena parte de su crédito ante una afición que todavía no le cuestiona en exceso pero está más que sorprendida por su cambio de discurso.
Por abjurar de una manera de entender y llevar a cabo el fútbol que asume al 100 por cien la parroquia rojiblanca. Y, según han ido asegurando el Toto y jugadores desde su llegada al Athletic, también por un vestuario probablemente también un tanto sorprendido por la alineación ante el Valencia.
Ramón Orosa