Estadio Deportivo4 min lecturaEl presidente del Athletic Club, Josu Urrutia, se dio un "aprobado alto" en la gestión deportiva y "también una buena nota" en la económica durante la intervención con que abrió la que podría ser su última Asamblea General anual como máximo dirigente de la entidad bilbaína si no se presenta a las próximas elecciones, que serán en los primeros meses de 2019.
No despejó esa incógnita quien se ha sentado en el sillón presidencial del Palacio de Ibaigane en los últimos siete años, desde que en 2011 ganó un proceso electoral que revalidó, sin rival, en 2015.
A pesar de que no adelantó sus intenciones para la cita en las urnas que no puede ir más allá de finales de marzo, cuando se cumplirán cuatro años de las anteriores elecciones, hubo momentos de la intervención de Urrutia que sonaron a despedida.
Repasó todo lo ocurrido durante siete años de presidencia bajo la máxima de "esto somos, esto hacemos: izan eta egin", explicó en un discurso de 37 minutos, los diez primeros en euskera.
En lo deportivo, recordó los seis años en Europa, uno de ellos en Liga de Campeones, la Supercopa ganada al Barcelona en 2015, las dos finales de Copa disputadas, así como la final de la Liga Europa de 2012, la segunda final europea de la historia de la entidad.
También destacó el "probablemente mejor momento en la historia de la entidad" en lo económico, y resaltó especialmente que las auditorías "nunca" han puesto "salvedades" a las cuentas de su Junta Directiva.
Y también aseguró que "los números hubiesen cuadrado igualmente" sin los ingentes ingresos por jugadores recibidos durante su mandato (40 millones de euros por Javi Martínez, 36 por Ander Herrera, 65 por Aymeric Laporte y 80 por Kepa Arrizabalaga), ya que durante sus dos mandatos se ha generado "un patrimonio de 274 millones de euros", según aseguró el contador Alberto Uribe-Echevarria.
Urrutia dio la "gracias" a la Asamblea por su acompañamiento durante estos últimos años y su apoyo más que mayoritario en cada una de las citas anuales que ha tenido con ella.
También se vanaglorió de haber sustituido a varios de los futbolistas que se marcharon "con jugadores de la casa y sin bajar la exigencia" competitiva. "No tenemos miedo a precipitar el salto desde Lezama. Tenemos confianza, paciencia y ambición", dijo.
En ese sentido, defendió su "posicionamiento" con los jugadores que no quisieron renovar o prefirieron aceptar la oferta de otros clubes. "Si el Athletic es lo que quiere ser, se tiene que hacer lo que se ha hecho", consideró.
Urrutia explicó que a su llegada a la presidencia trató de "dar sentido a la institución, dar coherencia al club", a una entidad que, "mientras otros van por autopistas", va "por donde no va nadie".
"Que entre la palabra y el ejemplo hubiese la menor distancia posible", resumió la máxima de una gestión en la que aseguró haber procurado "prudencia, rigor y honestidad".
Y durante la cual -recordó- perdió a "tres personas importantes" en su "vida", su "aita (padre)", que tenía al Athletic "como ejemplo de vida", su "hermano Julen y Andrés Arana". Este último, su asesor en el inicio de la presidencia.