La muerte del ertzaina Inocencio Alonso García ha vuelto a despertar a un fantasma que no estaba ni mucho menos dormido, el de la violencia en el mundo del fútbol. Tras el emparejamiento del Athletic con el Olympique de Marsella en octavos de final de la UEFA Europa League, muchos son los que han traído a colación los graves incidentes entre ultras de ambos equipos en Bilbao.
El 25 de febrero de 2016 fue la última vez que los aficionados de ambos equipos se vieron las caras en la ciudad del norte de España, con motivo de la vuelta de los dieciseisavos de final de la Europa League. No obstante, aunque hace ya dos años de aquel encuentro, Bilbao aún no ha podido olvidar la lucha encarnizada entre dos aficiones que, merced de la violencia, terminaron ensuciando el deporte que aman.
#[youtube;TNlL3UzamNg]
El lanzamiento de objetos y el destrozo del mobiliario fueron solo algunas de las acciones que estos aficionados radicales efectuaron, y que intentaron ser frenadas por la Ertzaintza, que se vio obligada a efectuar numerosas detenciones ante tal tropelía.
Apoyados por los hinchas del Girondins, los ultras del Olympique protagonizaron una de las más vergonzosas actuaciones que se recuerdan. Armados con vasos, botellas o cualquier otro tipo de objetos arrojadizos, se dedicaron a agredir por doquier a viandantes en bares y proximidades de 'La Catedral'. Solo cinco personas fueron detenidas tras el bochornoso espectáculo, lo que demuestra lo 'barato' que sale a los hinchas cometer este tipo de atrocidades, y lo que a su vez explica que, desgraciadamente, sean cada vez más frecuentes.
Los incidentes afectaron a los ultras de ambos equipos, que fueron sancionados a pagar una cantidad cercana a los 3.500 euros y doce meses de prohibición de acceso a recintos deportivos. No obstante, parece que este tipo de castigos no sirven de mucho a los ultras, pues el uso de la violencia sigue empañando el mundo del fútbol en mayor o menor medida en las diferentes ligas y competiciones.
El Athletic-Olympique será, por tanto, un partido de 'alto riesgo' que, de seguro, concentrará a cientos de efectivos policiales de Bilbao con el fin de evitar actos delictivos que entierren el ánimo en un día de final, como será el próximo 8 de marzo.