El guardameta está para evitar los goles, pero algunos no se conforman 'sólo' con eso. Marcar un tanto es la salsa del fútbol y algunos cancerberos no han podido reprimir los deseos de celebrar uno. Los carismáticos Chilavert, Higuita, Campos o Rogerio Ceni fueron algunos de los pioneros en demostrar que eso del portero-delantero no es exclusivo del Fútbol Sala.
A buen seguro, ellos son los primeros que se vienen a la mente del aficionado al pensar en goleadores que llevaban guantes. No obstante, hay muchos más en la lista. Esta misma semana, el meta del Eibar Marko Dmitrovic -futuro jugador del Sevilla FC- se ha convertido en el séptimo meta que consigue marcar un tanto en la historia de LaLiga después de estar muy cerca de conseguirlo hace un año en la que será su casa, el Sánchez-Pizjuán.
Sin salir de la capital de Andalucía, al hablar de porteros que meten goles es obligado resaltar los nombres de Toni Prats, consumado lanzador de faltas en el Betis de Lorenzo Serra Ferrer, y de Andrés Palop, cuyo cabezazo en Donetsk fue clave para que el Sevilla de Juande Ramos levantase la segunda UEFA en la final de Glasgow (con tres penaltis detenidos por el valenciano).