Hategan y los tres árbitros que ejercieron de asistentes en ese partido pasaron 14 días en aislamiento tras regresar a Rumanía procedentes de Valencia y conocieron el resultado de la pruebas de coronavirus este viernes.
Los tres colegiados asistentes en el partido disputado en Valencia el 10 de marzo -veinte días después de que se jugara el de ida en Milán, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades italianas propició la expansión del Covid-19 en el norte de Italia- también dieron negativo en el test.
"Estamos todos sanos, gracias a Dios", declaró Hategan según un comunicado de la FRF. El árbitro dijo que fue "el único" que tuvo "algún síntoma", una "tos seca". "Me asustó un poco, teniendo en cuenta que mi mujer está embarazada", señaló Hategan.
El árbitro internacional dio las gracias a "todos los que se han interesado" por su salud y la de sus compañeros y lanzó un mensaje de optimismo en este contexto de crisis e incertidumbre.
"Es un momento difícil para todo el mundo, pero va a pasar", afirmó Hategan, que pidió a la gente que proteja a los que tiene a su alrededor y que obedezca las órdenes y restricciones de las autoridades.
Según la OMS, el partido de la primera vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en San Siro el 19 de febrero ante unos 40.000 espectadores locales y 3.000 visitantes entre el Valencia y el Atalanta de Bérgamo "hizo de acelerador para propagar el coronavirus en la región", una de las más afectadas del mundo por la pandemia.
Expertos italianos coinciden con la OMS en el diagnóstico y el alcalde de Bérgamo, Giorgio Gori, se refirió al partido como "una verdadera bomba biológica".
El avance de la pandemia en Italia y España hizo que el Valencia-Atalanta se disputara a puerta cerrada.
Un 35 % de la primera plantilla (jugadores y técnicos) del Valencia dio positivo por coronavirus tras disputarse la eliminatoria.