El Nápoles destituyó este martes al técnico Carlo Ancelotti, al que no fue suficiente el contundente 4-0 endosado al Genk y el pase a los octavos de final de la Liga de Campeones para mantener su puesto, tras quedar involucrado en una crisis interna junto a los futbolistas y al presidente, Aurelio De Laurentiis, que hundió en la clasificación al conjunto napolitano.
Su etapa en Nápoles, abierta el 23 de mayo de 2018, empezó con una triunfal prestación organizada al estilo de "007" por De Laurentiis, conocido productor cinematográfico, pero acabó de forma triste, con una profunda ruptura interna. La destitución fue oficializada por el Nápoles en un comunicado oficial publicado a las 23.38 del martes, tras una rápida reunión entre De Laurentiis y Ancelotti en el hotel Vesubio de Nápoles, horas después del triunfo europeo.
Era una noticia que ya se sospechaba desde hace algunos días, en particular después de que Ancelotti declarara en la rueda de prensa previa al encuentro contra el Genk que "la maleta de un entrenador siempre debe estar lista" y que una eventual destitución no le daba miedo.
La incertidumbre en la afición sobre el futuro de Ancelotti fue evidente incluso mientras se estaba celebrando el partido en el estadio San Paolo entre el Nápoles y el Genk, en el que un triplete del polaco Arkadiusz Milik y un gol de penalti del belga Dries Mertens certificaron el pase a octavos del conjunto sureño tres años después de la última vez, cuando alcanzaron los octavos de final y cayeron eliminados contra Real Madrid.
La escueta nota del Nápoles puso fin a una relación de un año y medio entre Ancelotti y el Nápoles. Un período marcado por una notable afinidad con la directiva en los primeros meses y que vivió un momento de ruptura total el pasado noviembre. Tras el revés 1-2 contra el Roma, De Laurentiis ordenó una concentración de una semana para que los jugadores reflexionaran y recuperaran motivaciones de cara a los próximos compromisos.
"No comparto esta decisión, pero la respeto", declaró Ancelotti en ese momento y, tras el empate 1-1 contra el Salzburgo en la Liga de Campeones del 5 de noviembre, los jugadores de la plantilla napolitana decidieron regresar a sus viviendas privadas en vez de subirse al autobús que los llevaría al hotel reservado en Castel Volturno, donde se encuentra el centro deportivo del club.
Fue una decisión que provocó la ira de De Laurentiis, quien anunció medidas legales contra los responsables del motín. Unas polémicas acentuadas por los resultados negativos, pues el Nápoles encadenó nueve partidos consecutivos, entre todas las competiciones, sin conocer la victoria. Tras encarar la temporada con el objetivo declarado de pelear hasta el final con el Juventus y el Inter de Milán por el título liguero, el Nápoles se quedó en la séptima posición, a 17 puntos del liderato.
En este momento está fuera de los puestos europeos y no conoce la victoria en el campeonato liguero desde el 19 de octubre, cuando doblegó al Verona. Una serie de altercados que provocaron el fin anticipado de la experiencia de Ancelotti en el banquillo del Nápoles, pese a que ambas partes hubieran firmado un acuerdo hasta final de año con opción a renovar por una ulterior temporada.
El sustituto de Ancelotti, que todavía no ha sido anunciado oficialmente, será con toda probabilidad Gennaro Gattuso, exentrenador del Milan que buscará relanzar la temporada del cuadro napolitano.
Tomará el mando en las próximas horas de un equipo de mucho potencial, que todavía permanece en la pelea para las tres competiciones de la campaña: la Serie A, la copa Italia y la Liga de Campeones, en la que conocerá el próximo lunes 16 de diciembre su rival en los octavos de final.
Andrea Montolivo