El 1 de agosto se cumplen 18 años del partido inaugural entre el Southampton y el RDC Español. El club inglés estrenaba el estadio de Saint Mary ya que su sede habitual The Dell, donde había jugado durante 103 años, se le quedaba pequeño. El partido terminó con derrota local por 3-4.
Cuatro meses después, el 24 de noviembre del 2001, la bruja pagana Cerridwen Dragonoak Connelly se paseaba con un cuenco de madera en el regazo y esparciendo agua por el nuevo campo para ahuyentar los malos espíritus.
El equipo era incapaz de ganar en el nuevo estadio en cuya obra había invertido 32 millones de libras. El tamaño de la gradas había sido la razón para la mudanza. Un aforo duplicado bien valía un cambio.
Esa misma tarde del 24 de noviembre el Southampton ganó al Charlton por 1-0.
Aunque el reglamento español recoge que los equipos de Primera División deben tener unas dimensiones y como mínimo un aforo de 15.000 espectadores, en el día a día el tamaño de las gradas no es relevante y equipos como el Eibar y el Leganés, con un aforo de 7.083 y 12.450 localidades, respectivamente, se codean con estadios que multiplican por más de diez esa capacidad, como es el caso del Barcelona, el estadio más grande de LaLiga con 99.354.
A los catalanes no les gana nadie en tamaño en Europa. Solo en Corea del Norte, su capital Pionyang puede presumir de tener el estadio más grande del mundo. Bajo el largo nombre de Rungrado Primero de Mayo las instalaciones situadas en un islote sobre el río Taedong cuentan con una capacidad para 114.000 espectadores.
En un repaso por las cinco grandes competiciones, Alemania, Italia, Inglaterra, Francia y España, se observa que el segundo mayor estadio de Europa no tiene club, se trata de Wembley, en Londres, inaugurado en 2006 y obra del arquitecto Norman Foster.
Wembley es el hogar de las selección inglesa de fútbol y escenario de múltiples finales, desde la de los Juegos Olímpicos del 2012, hasta dos de Champions, pasando por las finales de la Copa Inglesa (FA CUP) que se disputan anualmente. Es, además, escenario de conciertos. Madonna y Taylor Swift, entre otros artistas, han probado su acústica.
El Signal Iduna Park del Borussia de Dortmund, más conocido como Westfalenstadion, remodelado en el 2006 con motivo del Mundial de Alemania, es por tamaño el tercer gran estadio de Europa con un cupo 81.365 aficionados.
Le sigue muy de cerca el Stade de France en París, más conocido como Sant-Denis, también sin inquilino habitual, donde juegan sus partidos oficiales "les bleues". También es la sede de la selección francesa de rugby.
Al de París, le sigue el Santiago Bernabéu con 81.044 plazas aunque el Real Madrid planea ampliar el aforo con 5.000 nuevas localidades.
Después se sitúa San Siro, estadio compartido por los equipos de la ciudad de Milán, el Inter y el AC, algo bastante frecuente en Italia ya que el Lazio y el Roma comparten el Olímpico de Roma y Génova y Sampdoria se reparten las jornadas de partido en el Luigi Ferraris de la ciudad portuaria.
A San Siro, oficialmente denominado Guiseppe Meazza, le quedan pocos años de vida ya que ambos clubes han acordado su demolición a partir del 2023.
Este año el Atalanta de Bérgamo jugará sus partidos de Copa de Europa también en "il templo del calcio" ya que el aforo de su estadio habitual, el Atleti Azzurri de l'Italia se le queda pequeño. Es un cuarto del de San Siro.
Cuando dentro de quince días comience la Premier, el 9 de agosto, lo hará en Anfield, uno de los estadios más antiguos de la liga inglesa, inaugurado en 1884 como sede del Everton que lo abandonó en 1892 por un desacuerdo por el alquiler con el propietario.
Su aforo de 54.074 le sitúa entre los seis grandes estadios ingleses liderados por Old Trafford, con permiso de Wembley, donde no se juega la Premier, con un aforo imbatible de 76.000 aficionados y en séptima posición por tamaño en la lista de los europeos.
El recién inaugurado estadio del Tottenham, cuya superficie retráctil permite cambiar el terreno de juego para los partidos de fútbol americano que tienen acordados con la NFL, se queda en 62.000 y ocupa la cuarta posición por tamaño en la liga inglesa.
En tercera posición el Olímpico de Londres, inaugurado para los Juegos en 2012 y sede del West Ham, presenta 66.000 plazas.
En el otro extremo de la estadística se encuentra el Dean Court (El Patio del Sacerdote), rebautizado por motivos comerciales como Vitality Stadium, donde juega sus partidos el Bournemouth, equipo de región de Dorset en la costa sur británica y que lleva en la primera división desde 2015.
Su estadio presenta una capacidad de 11.329 aficionados y es, con diferencia, el más pequeño de la liga inglesa ya que el siguiente, el Vicarage Road (Camino de la Vicaría) del Watford, le dobla el aforo (21.577)
Y es que casi el 18% de los estadios de las grandes ligas europeas tiene un aforo menor de 20.000 plazas. En Francia el estadio de La Licorne (El Unicornio), donde juega el Amiens al norte de París, cuenta con una capacidad para 12.097 aficionados y en Alemania el campo más pequeño es el recién ascendido Paderborn (15.000) que inauguró estadio en 2008 cuando todavía se encontraba en las categoría inferiores y que ya planea una ampliación del graderío.
En Ferrara y en la isla de Cerdeña se encuentran los estadios más pequeños de la Serie A italiana: se trata de los estadios del SPAL y del Cagliari con capacidades de 16.164 y 16.743 plazas, respectivamente.
En la parte media de la tabla de los estadios europeos figuran los conocidos Hoffenheim y Leicester, que dieron la sorpresa en sus respectivas ligas hace unos años. El equipo inglés se proclamó campeón de liga en el 2016 cuando lo entrenaba Claudio Ranieri, dejando en la cuneta al Arsenal de Oliver Giroud y al Tottenham ya entrenado por Mauricio Pochettino.
El Hoffenheim, por su parte, terminó en el 2018 tercero en la liga alemana y en puestos europeos. Todo un hito para una ciudad como Sisheim de 35.000 habitantes con un estadio, el Rhein-Neckar Arena donde cabe casi todos sus habitantes (aforo 30.150).
Rebeca Santamaría