El hombre más rápido del planeta viajó a Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil, en el marco de una gira por Sudamérica que le ha llevado ya a Chile y Perú para atender los compromisos comerciales con su principal patrocinador.
"Esto es una locura", dijo el exatleta jamaiquino al visitar la sala de ocio del centro deportivo, equipada con mesas de ping-pong, sofás y videoconsolas, de las que dijo que son "muy importantes".
Vestido con una camiseta del Palmeiras, cuyo dorsal era 9,58, en alusión a los segundos que tardó en correr los 100 metros lisos, una marca que hasta hoy es récord mundial, Bolt se encontró también con 'Felipao', que es el actual técnico del equipo verde.
"El mejor, el gran jefe. Me va a enseñar algunas cosas", dijo en redes sociales el campeón olímpico en compañía de Scolari, quien no pudo evitar soltar una carcajada tras escuchar los halagos.
Después se vistió de corto, dio unos toques al balón con Periquito, la mascota del conjunto paulista, y jugó con algunos futbolistas de la primera plantilla al denominado "fútbol-tenis".
"Concentración", dijo mientras bebía un refresco durante un descanso.
Bolt, quien también ostenta el récord en los 200 metros con 19,19 segundos, terminó la práctica con una galopada sobre el césped, un regate de bicicleta para zafarse de la mascota y un disparo cruzado que acabó en gol. Durante la celebración emuló al astro portugués Cristiano Ronaldo.
Este no fue el primer contacto que tuvo el velocista jamaiquino con el fútbol, pues durante el último año militó en el CC Mariners australiano. Antes llegó a ejercitarse con el Borussia Dortmund de Alemania, el Sundowns de Sudáfrica y el Stromsgodset de Noruega.