Dieciséis remates, veinte saques de esquina y el dominio de la posesión no le bastaron al Nápoles para romper el muro defensivo de un Chievo que, tras la marcha del técnico Gian Piero Ventura y con Domenico Di Carlo como nuevo preparador, sumó un punto hecho de entrega, compromiso y sufrimiento.
El empate del San Paolo fue la gran sorpresa de un domingo futbolístico italiano que estuvo marcado por un fuerte mensaje contra la violencia de género, con todos los equipos de la Serie A que saltaron al campo con una simbólica marca roja pintada en la cara.
Tras el tropiezo 0-1 de la Roma el sábado en el campo del Udinese, la vuelta a la Serie A después del parón de selecciones ralentizó a otro "grande", con el Nápoles de Carlo Ancelotti que pese a crear un gran volumen de ocasiones, no pudo romper la igualdad.
La madera, que ya impidió este año a los napolitanos una victoria contra el Estrella Roja en la Liga de Campeones, volvió a ser protagonista este domingo, al repeler un derechazo curvado desde los 20 metros de Lorenzo Insigne a falta de quince minutos para el final.
También fue rozada en el 89 por el zaguero senegalés Kalidou Koulibaly, que se sumó a los delanteros en el tramo final y cuya espectacular chilena acabó fuera con el meta Stefano Sorrentino que ya no podía intervenir.
Fue un 0-0 que hizo feliz a la Juventus, que dio un paso más hacia su octavo título liguero consecutivo. Los turineses no dan señales de debilidad este curso y, empujados por el portugués Cristiano Ronaldo, ya máximo artillero del torneo con nueve goles tal y como el polaco del Génova Krzsystof Piatek, marchan lanzados a por la gloria.
Y fue una gran prueba de orgullo del Chievo, cuyos jugadores mostraron una unidad nunca vista con Ventura al frente y que sumaron un punto que da confianza para lanzarse a por una permanencia complicada, situada ahora a once puntos.
Una alegría que también sintió el recién ascendido Parma. En plena tormenta por dirimir el futuro societario del club, con el consorcio chino Hope Group y el grupo italiano Nuovo Inizio, actual propietario, que se preparan para una batalla legal para las cuotas de mayoría, el cuadro norteño sigue volando en los campos de la Serie A.
El triunfo por 2-1 sellado este domingo en casa contra el Sassuolo, decidido por el marfileño Gervais Lombe Yao Kouassi "Gervinho" y el portugués Bruno Alves, lanzó al Parma en zona europea, sexto por delante del Roma.
Lejos de los focos mediáticos al comienzo de la campaña, el Parma sueña con volver a pisar grandes vitrinas internacionales, como las que lo vieron dominar en la Copa UEFA de 1995 y de 1999.
En el otro partido disputado en la tarde italiana, el Atalanta desaprovechó un 2-0 a favor, obtenido en la primera mitad con goles del suizo Remo Freuler y el holandés Hans Hateboer, y cayó 2-3 en el campo del Empoli.
El equipo toscano demostró carácter, recortó distancias con una pena máxima marcada por Antonino Lagumina y, tras el empate con diana en propia meta de Andrea Masiello, firmó el 3-2 final en el 93 gracias al argentino Matías Silvestre.
Los tres puntos son de capital importancia para un Empoli que salió de la zona de descenso al superar al Bolonia, que empató 0-0 en el derbi de los Apeninos contra el Fiorentina.
Boloñeses y florentinos no saben ganar en esta Serie A (ambos no lo hacen desde el 30 de septiembre), en un partido en el que los porteros fueron protagonistas y en el que el poste repelió un cabezazo del serbio del Fiorentina Nikola Milenkovic.
Golazo del 'Tucu' Correa
Un gol en el 94 del argentino Joaquín Correa le dio este domingo al Lazio el 1-1 contra el Milan en un choque directo por la Liga de Campeones y mantuvo a los romanos cuartos en la tabla, al evitar que los milaneses les superaran.
Ante un Milan plagado por las lesiones de los argentinos Lucas Biglia y Mateo Musacchio, de Mattia Caldara y Giacomo Bonaventura o del croata Ivan Strinic y sin el argentino Gonzalo Higuaín, sancionado, Correa empató en el tiempo añadido un tanto del marfileño Franck Kessie en el 78.
Fue el tercer gol liguero del argentino, fichado este verano procedente el Sevilla, y rescató a un Lazio que había controlado el encuentro y atacado más y que, sin embargo, había sido castigado por un Milan valiente.