La Justicia de Brasil decretó hoy la prisión preventiva de tres sospechosos por su supuesta participación en el asesinato del centrocampista brasileño Daniel Correa Freitas, propiedad del Sao Paulo, informaron fuentes oficiales.
Según la Policía Civil del estado de Paraná, citada en medios locales, Eduardo Henrique Ribeiro da Silva, de 19 años, fue detenido esta tarde en su casa en Foz de Iguazu, mientras otros dos jóvenes son considerados prófugos de las autoridades. De acuerdo con las investigaciones, el futbolista, de 24 años, fue torturado, asesinado y tuvo sus genitales extirpados con un arma blanca después de acudir a una fiesta en la localidad de Sao José dos Pinhais, región metropolitana de Curitiba, en el sur de Brasil.
Después de que las autoridades reconstruyeran lo ocurrido la noche de la muerte de Correa, el empresario Edison Brittes Júnior, sospechoso de asesinar al futbolista, su esposa Cristiane y la hija de ambos, de 18 años, fueron arrestados y deberán responder por los cargos que la Policía deberá presentar. El empresario declaró hoy ante las autoridades y admitió su culpabilidad en el crimen, cometido, según Brittes, después de que Correa habría supuestamente intentado violar a su mujer. El sospechoso cambió su primera versión sobre lo sucedido y relató a la Policía que, en realidad, escuchó los gritos de socorro de su mujer, se asomó a la ventana y vio al futbolista "encima de su esposa", por lo que se volvió "trastornado". La esposa de Brittes igualmente alegó la víspera que había sufrido un intento de violación por parte del jugador, pero el comisario Amadeu Trevisan, encargado del caso, dijo tener "seguridad" de que la familia "mintió" en la declaración ofrecida a la policía.
No obstante, las investigaciones indicaron que Correa habría intercambiado esa noche mensajes de WhatsApp con un amigo, en las que envió fotos suyas al lado de Cristiane mientras ésta dormía, además de haber escrito que mantuvo relaciones sexuales con la mujer. Según el empresario, tras la llegada en la habitación, Correa tendría pedido disculpas. Sin embargo, otros cuatro hombres acudieron al aposento y, juntos, pegaron una paliza al futbolista, tras la que el jugador quedó "debilitado". Enseguida, según Brittes, el futbolista fue transportado aún con vida en el maletero de un coche a un lugar cercano, donde el crimen fue cometido.
Tras más de seis horas de declaración a la policía, la Justicia ordenó la prisión preventiva de los otros tres sospechosos, quienes ya habían confesado anteriormente que se encontraban en el coche con Brittes. El abogado de la familia detenida, Cláudio Dalledone, expresó que, en su declaración, Brittes admitió haber "omitido cuestiones para proteger los demás involucrados", pero percibió que "no sería posible evitar" su implicación.