El oro de 'Paquito', el mayor logro invernal español, cumple medio siglo

El oro de 'Paquito', el mayor logro invernal español, cumple medio siglo
El oro de 'Paquito', el mayor logro invernal español, cumple medio siglo - Adrian R. Huber / Efe
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El oro de eslalon de esquí alpino que conquistó Francisco Fernández Ochoa en los Juegos de Sapporo'72 (Japón), que sigue siendo, por único, el mayor éxito del olimpismo invernal español, cumple este domingo exactamente medio siglo.

Tan sólo tres días después de que la afición española festejase, en los Juegos de Pekín 2022, la plata de Queralt Castellet en el halfpipe de snowboard -un deporte que no existía cuando 'Paquito' logró la mayor gesta del olimpismo invernal español-, el oro logrado por el genio de Navacerrada festeja este domingo su 50 cumpleaños.

La de la barcelonesa Queralt se convirtió el pasado jueves en la quinta medalla de toda la historia del olimpismo invernal español, la segunda de una mujer. Veinte años después de la de Paco -fallecido en 2006- llegó la de su hermana Blanca -tristemente desaparecida en 2019-, en idéntica disciplina. Y después de ésa tuvieron que pasar otros 26 años antes de que llegasen la tercera y la cuarta: sendos bronces, que lograron hace cuatro, en PyeongChang (Corea del Sur), el ceutí de la federación andaluza Regino Hernández -en boardercross de snowboard- y, en patinaje artístico, Javier Fernández, al igual que Paco y Blanca, madrileño.

El oro del inmortal 'Paquito' supuso uno de los mayores 'bombazos' en la historia del deporte invernal. Y -sin discusión la más grande en citas invernales- sigue siendo una de las mayores gestas de toda la historia del olimpismo español.Portando el dorsal 2, el mayor de la saga de esquiadores más famosa del país sorprendió al mundo entero al ganar el eslalon, la prueba técnica por excelencia, en los primeros Juegos de invierno que tuvieron lugar en Asia. Un continente que en estos momentos alberga la cuarta cita olímpica invernal, después de las que tuvieron como sede a Nagano, asimismo en Japón, en 1998; y a la citada PyeongChang, hace cuatro años.

Esa victoria lo convirtió de forma automática en héroe nacional; en una España en la que, a diferencia de la actual, los éxitos deportivos en el ámbito internacional llegaban con cuentagotas. Paco, literalmente 'genio y figura hasta la sepultura', ganó de forma rotunda una prueba mítica que se disputó el 13 de febrero del 72 en el monte Taine (Taineyama) y en la que relegó al segundo puesto a uno de los más grandes campeones de la historia del esquí alpino, el italiano Gustav Thöni, cuyo primo Roland capturó ese día el bronce.

Thöni, campeón olímpico y quíntuple campeón mundial, era el gran dominador de aquella época, en la que dominó, con cuatro triunfos en la general (1970-71, 71-72, 72-73 y 74-75), la Copa del Mundo: la competición de la regularidad. En el cómputo de ambas mangas, Paco -que deportivamente creció aprovechando que su padre trabajaba en la Escuela de esquí de Navacerrada- marcó un tiempo de un minuto, 49 segundos y 27 centésimas: un segundo y una centésima menos que el crono del campeón del Stelvio. Es decir, todo un mundo en esa disciplina.

Bronce en los Mundiales de St.Moritz (Suiza), en 1974, y ganador de una prueba en la Copa del Mundo, la de esa temporada en Zakopane (Polonia), el mejor esquiador español de todos los tiempos no ganó por casualidad en Japón. Ese día, Paco arrasó.

Y, además, por el precio de un éxito, se llevó dos: de aquella, el oro olímpico también equivalía al título mundial.

La gesta se recuerda en España con imágenes de la televisión en blanco y negro; y con su protagonista subiendo a lo alto del podio ataviado con una típica capa española.

Apasionado también del fútbol -era un ferviente madridista- y del golf (en la habitación del último hospital en el que estuvo ingresado se instaló una antena parabólica para seguir los torneos), y muy taurino, el campeón comparaba su victoria -como recordó en una entrevista con la Agencia Efe con motivo de las 'bodas de plata' de la misma- con una imaginaria situación en la que "un (torero) austríaco" saliese "a hombros" de la Plaza de toros "de las Ventas".

Veinte años más tarde, su hermana Blanca ganó el bronce en el eslalon de Albertville (Francia), cuatro años después de que se le escapase de las manos el oro en el gigante de los Juegos de Calgary (Canadá); en el que, después de ganar la primera manga, se cayó en la segunda. Y hasta hace cuatro años los éxitos olímpicos invernales españoles siempre remitían en exclusiva a los hermanos Fernández Ochoa.

A su regreso de Japón, el recibimiento en Barajas fue apoteósico y 'Paquito' se convirtió en un fenómeno social en España. "El mejor recuerdo que tengo es la alegría que se llevaron conmigo el doctor Jose María 'Pitu' Figueras, mi compañero Aurelio García y el entonces presidente de la española, Angel Baranda, así como mi familia. Ellos estuvieron conmigo desde el principio y me ayudaron mucho. Fue muy emocionante", recordaba a Efe el único campeón olímpico invernal español.

"Se han escrito muchas anécdotas, unas ciertas y otras no. Es verdad que a mi abuela, Leandra, bastante devota, le envié una postal en la que le decía 'tú pon las velas, que yo haré el resto'. Pero es falso que hubiese afirmado que yo era más grande que 'El Cordobés'. Ya quisiera yo ser más grande que él", comentaba Paco en la citada entrevista, en referencia a otro de los mitos de la España de los años 60 y 70.

"El recibimiento fue tremendo. Todavía me emociono cuando veo las imágenes del NO-DO. La gente se volvió loca. Recuerdo a un colegio de monjas con una pancarta que ponía 'Olé tus cojones'. Fue algo inolvidable", rememoraba el irrepetible 'Paquito' en aquella entrevista con la Agencia Efe que conmemoraba el vigésimo quinto aniversario de una gesta que este domingo celebra sus Bodas de Oro.