La baja por lesión de dos gimnastas consideradas fijas para los Juegos Olímpicos, Ana Pérez y Cintia Rodríguez, la mitad de las cuatro que iban a componer la selección en Tokio, ha caído como "un mazazo" en el equipo español y entre su cuerpo técnico, obligado a recomponer el grupo en vísperas de la gran cita deportiva de este verano.
En la última semana las dos gimnastas, que arrastraban lesiones de las que intentaban recuperarse contrarreloj pensando en los Juegos, han dicho basta y han dado un paso al lado para curarse sin prisas y plantearse luego su futuro. Ninguna ha mencionado la palabra retirada.
"Desde un principio, cuando terminó el Mundial de Stuttgart, sabía que mis tres pilares en el equipo olímpico serían las tres 'mayores', Ana (23 años), Cintia (26) y Roxana (Popa, 24)", afirmó hoy la seleccionadora, Ana Guisado, que valoraba de ellas "su trayectoria, su gimnasia y que se lo merecían por todo lo que habían luchado por la clasificación olímpica".
España logró en Stuttgart clasificar al equipo completo para los Juegos por primera vez desde Atenas 2004. En Río 2016 la única española que obtuvo plaza fue precisamente Ana Pérez.
"Evidentemente el mazazo ha sido grande. Si de cuatro, tres son casi fijas y, de ellas, dos se vienen abajo, el show debe continuar pero es muy complicado. Hay que aguantar, pero ha sido muy duro para mí y para todo el equipo técnico", comentó Guisado a Efe.
"Teníamos una estructura en torno a esas tres gimnastas; la cuarta olímpica sería la que más lo luchase. Después de todo lo que nos ha tocado vivir este año, esto ya completa el cupo de mala suerte", añadió la seleccionadora.
La lesión de Ana Pérez fue una cuestión de auténtica mala fortuna: durante el temporal Filomena, el pasado enero, las gimnastas fueron a la sala a coger material para entrenar en sus habitaciones y la sevillana se tropezó en una cama elástica y cayó mal: en un pie se rompió los ligamentos, en el otro el cuarto metatarsiano.
"Todos vimos que era muy duro. Pero Ana tiene una rehabilitación muy buena y una actitud muy luchadora", apuntó Guisado. "Lo ha intentado, la rehabilitación ha ido mejor de lo que parecía, pero esto requiere no solo que el pie esté bien, sino hacer una serie de repeticiones que no pueden llevarse a cabo hasta que esté muy fuerte".
"Ella lo vio y lo hemos visto todos: no iba a llegar y lo estaba pasando muy mal", añadió.
Ana Pérez informó esta semana en sus redes sociales de que había decidido "no seguir forzando la máquina" y no "autoengañarse, sobre todo psicológicamente".
"Para mí, este ciclo termina aquí. Ya es hora de cerrarlo y empezar a mimarme y escucharme. No quiero pensar que esto es el final. Pongo un punto y aparte en esta historia, a la que ojalá algún día pueda ponerle punto y final como de verdad se merece, como de verdad me merezco", agregó.
Actualmente, Pérez sigue yendo a diario al CAR de Madrid para hacer trabajo físico de recuperación y de fortalecimiento de los pies.
El caso de Cintia Rodríguez comenzó con un golpe accidental que se dio en la rodilla izquierda durante el confinamiento, al que no concedió mayor importancia. Pero al retomar los entrenamientos la articulación, varias veces operada, la volvió a molestar. La gimnasta mallorquina volvió a pasar por el quirófano, aparentemente con buen resultado.
En diciembre comenzó a resentirse y nuevas pruebas demostraron que los ligamentos estaban bastante deteriorados. Durante el último mes notó que la pierna se le iba incluso en el ejercicio de paralelas.
El de 6 junio publicó: "Hoy me despido de ti, me despido de los JJOO, hoy me despido del mayor sueño de mi vida (...). He luchado y lo he dado absolutamente todo, pero finalmente no ha podido ser, mi rodilla izquierda no ha aguantado más. Así que una vez más pasaré por el quirófano, me curaré la rodilla y el tiempo decidirá qué pasa".
La seleccionadora Lucía Guisado señaló que la opción de viajar a Tokio con ellas y esperar una buena evolución hasta el último momento no era viable.
"En vísperas de los Juegos hay que hacer mucho trabajo que no te libera de esfuerzo. Aquí, en las salas de entrenamiento, tiras al foso, vas a la zona blanda, pero en Tokio estás en una sala que es como la de competición cada uno de los días", explicó.
"Tampoco había la opción de que hicieran un solo aparato porque tuvieran muchas posibilidades de llegar a una final. Nosotras trabajamos el equipo. Tiene que ir cuatro que tengan los cuatro aparatos en la misma línea", incidió.
Con este panorama, la seleccionadora acaba de hacer un control selectivo y la semana que viene se lleva a las cinco mejores a un encuentro con Bélgica, donde terminará de decidir su selección de cuatro para los Juegos.
Roxana Popa, Laura Bechdeju (21 años), Emma Fernández (18), Marina González (18) y Alba Petisco (18), campeona de España, son las cinco gimnastas aspirantes a acudir a Tokio.
"Todo esto ha sido duro para todas. Ana es como el faro vigía del equipo. Tiene unas ganas y un interés por todo, que estimula al resto. Ahora hay que dar ánimos a todas y hacerlas sentir cómodas y fuertes. Ya han pasado el mal trago y ahí están, trabajando", dijo la preparadora.
Guisado subrayó que Roxana Popa, que volvió a la élite en este ciclo olímpico tras una etapa marcada por las lesiones, "está trabajando muy bien, con unos ejercicios muy buenos sobre todo en paralelas y suelo, en los que está metiendo un máximo nivel para ver si puede estar en alguna de las finales", confió la seleccionadora.