Javier Fernández, doble campeón mundial y que acaba de ganar el mes pasado su sexto título de Europa de patinaje artístico, buscará a partir del viernes en los Juegos de PyeongChang, en Corea del Sur, que el destino le devuelva lo que le quitó hace cuatro en los de Sochi (Rusia), donde fue cuarto y se quedó a las puertas del podio.
El talentoso patinador madrileño, de 26 años, afronta con mucha más experiencia y plena dedicación una competición en la que apunta a lo más alto; que arrancará el viernes (noche del jueves al viernes en horario español) con el programa corto y se completará una jornada después con el libre, que decidirá los puestos de honor.
'SuperJavi' llega a PyeongChang con ganas de sacarse "la espina" de Sochi -donde un error de cálculo evitó que capturase medalla- según comentó en una entrevista con EFE el pasado lunes, nada más llegar desde Toronto (Canadá). Allí se entrena, desde hace siete años, a las órdenes del canadiense Brian Orser, doble subcampeón olímpico (en Sarajevo'84 y en Calgary'88) en su época de deportista; y reciclado en uno de los técnicos más importantes del mundo.
Orser también entrena al que está llamado a ser el principal rival del madrileño, el japonés Yuzuru Hanyu -doble campeón mundial, al igual que el perfeccionista de Cuatro Vientos-, que en PyeongChang intentará defender en el Ice Arena de Gangneung el título olímpico que ganó hace cuatro años en Rusia.
Yuzuru, de 23 años, lleva sin competir desde noviembre, cuando se lesionó los ligamentos del pie derecho al caerse cuando intentaba ensayar un cuádruple Lutz durante el NKH Trophy de Osaka, en su país.
Desde entonces no se ha prodigado mucho, aunque Orser afirma que el nipón llega "justo a tiempo" y que estará en disposición de intentar defender su corona olímpica en Corea del Sur.
Otro japonés, Shoma Uno, y el estadounidense Nathan Chen también partirán entre los favoritos en una prueba en la que participará un segundo español, Felipe Montoya, nacido en Colombia pero afincado en San Sebastián desde que tenía ocho años.
'SuperJavi' buscará hacer feliz a mucha gente, "pero sobre todo" a sí mismo, con idénticos programas con los que el mes pasado logró su sexto título europeo en Moscú.
Sus programas están coreografiados por David Wilson y hacen referencia, en el caso del corto, a Charles Chaplin y sus películas, sobre todo 'Tiempos Modernos'; y en el del libre a Don Quijote, basándose en la versión inglesa de 'El hombre de la Mancha', el musical de Broadway. Con el que, como es habitual, Fernández incluye un guiño a la cultura de su país.
El programa corto -menos humorístico y más profundo que el de Chaplin que ejecutó cuando se proclamó campeón de Europa por primera vez, en Zagreb (aunque en aquella ocasión lo incluyó en el largo)- consta de siete elementos: tres saltos, tres piruetas y una serie de pasos.
El de Javier comienza con la combinación cuádruple toe-loop/triple toe-loop, seguido de un cuádruple Salchow, una pirueta saltada vertical; un triple Axel, la pirueta sentada con cambio de pie y la secuencia de pasos; antes de concluir con la pirueta combinada con cambio de pie.
El largo consta de trece elementos: ocho saltos (tres de ellos en combinación), tres piruetas, una secuencia de pasos y otra coreográfica.
El campeón español tiene planeado comenzar con el cuádruple toe-loop, seguido por las combinaciones cuádruple Salchow/triple toe-loop y triple Axel/doble toe-loop.
Después, la secuencia coreográfica precederá a la pirueta sentada con cambio de pie, antes de afrontar sus siguientes cinco elementos, todos ellos saltos: cuádruple Salchow, triple loop, triple Axel, la combinación triple flip/medio bucle/triple Salchow y un triple Lutz, según explicó a Efe en Corea su amiga y compañera de la selección española Sonia Lafuente, olímpica en Vancouver 2010 (Canadá).
Una vez completados todos los saltos, ejecutará una pirueta combinada saltada con cambio de pie; una secuencia de pasos y, por último, la pirueta combinada con cambio de pie, con la que cerrará el programa largo. Cuya puntuación sumará a la lograda en el corto, en espera de que PyeongChang le devuelva lo que el destino le quitó en Sochi.