El
Ciencias Universidad Pablo de Olavide arranca la temporada 20/21 con la misma idea del curso pasado: la permanencia. Sin embargo, más allá de la salvación y de los 40 puntos en los que el club siempre se aferró la temporada anterior, el conjunto científico ha hecho un
esfuerzo significativo en fichajes para que esta nueva campaña, que arrancará el próximo fin de semana, el objetivo principal sea la
consolidación definitiva en la categoría.
Los de
Manuel Mazo saben que una temporada más con altibajos no es viable. El conjunto científico no estuvo en puestos de
descenso en ninguna de las diecisiete jornadas disputadas del curso 19/20, ni siquiera de promoción, manteniéndose en la
zona media de la tabla. Pese a ello, desde el presidente hasta el staff técnico y jugadores, prefieren evitar tantas
complicaciones la próxima campaña, sobre todo lejos de
La Cartuja, donde el equipo flaqueó notablemente durante todo el curso pasado.
La
situación sanitaria provocada por el
coronavirus impidió que la liga se disputará al completo, por lo que a la postre benefició al
Ciencias, ya que a falta de cinco jornadas la Comisión Delegada de la Federación Española de Rugby (FER), con su presidente,
Alfonso Feijoo, al frente, aprobó dar por finalizada la temporada manteniéndose intacta la
clasificación a fecha del 13 de marzo de 2020, el día que quedó suspendida la liga por el
estado de alarma. El Ciencias, por tanto, acabó en una meritoria novena posición, cumpliendo así el objetivo de la permanencia.
Después de tantos meses sin competir, el
rugby profesional retorna con el Ciencias Universidad Pablo de Olavide como uno de los 12 integrantes de la máxima división nacional. La
directiva en todos estos meses ha buscado la manera de hacer un equipo competitivo, fuerte, ambicioso y capaz de consolidarse en la exigida
División de Honor. Juan Carrasco, formado en las categorías inferiores del Ciencias, fue el primero en sumarse al nuevo proyecto. Tras él ha llegado una camada importante de jugadores experimentados como el delantero sevillano Rafael Romo, el argentino Facundo Pomponio o el georgiano Giorgi
Terodadze, entre otros.
Con los nuevos fichajes, la subida al primer equipo de jugadores del filial, como es el caso de
Enrique Cuadrado, y la continuidad de jugadores llamados a liderar el equipo, como el neozelandés Thomas Hanham-Carter, el Ciencias
Universidad Pablo de Olavide buscará la consolidación definitiva en un año que, salvo giro inesperado, se tendrá que jugar sin público hasta nueva orden, suponiendo un hándicap para un conjunto que se hace grande en La Cartuja: cuatro de sus cinco triunfos fueron ante los suyos la temporada del regreso a División de Honor.