El líder del Tour de Francia, el francés Julien Alaphilippe, se mostró encantado de haber defendido un día más el maillot amarillo y lanzó una pulla a su compatriota Thibaut Pinot, que cedió tiempo cortado en un abanico: "Todo el mundo sabía donde podía producirse".
"Todos los equipos estaban avisados y sabían en qué kilómetro había que estar atento si había viento, porque la carretera se estrechaba mucho", dijo el francés, dos días antes de haber logrado una renta en la meta de Saint-Etienne que le aupó al liderato y que llevó a Pinot al tercer puesto de la general.
"Es una pena para él", agregó el ciclista del Deceuninck, que sigue sin mostrar sus cartas de cara a la general.
"Estoy muy contento de tener el maillot amarillo y lo voy a defender con todas mis fuerzas. Pero el hecho de que lo tenga no quiere decir que pueda ganar el Tour. Queda lo más duro y yo prefiero ir día a día", señaló Alaphilippe.