La Unión Ciclista Internacional (UCI) podría instaurar a partir de 2010 un salario mínimo para las mujeres, que podrían formar una división de categoría World Tour, como ya existe en el pelotón masculino.
La idea en la que trabaja la UCI entraría en vigor en 2020, una normativa que ya existe en hombres desde hace 15 años y que ha sido revaluada en el aspecto salarial hasta un mínimo de 30.839 euros. De momento la cuantía del salario mínimo no ha sido fijado, pero de inicio sería bajo y a expensas de la evolución económica del ciclismo femenino en su máxima categoría y de los ingresos procedentes de los patrocinadores y la televisión. El ciclismo femenino mira con buenos ojos el progreso de otros deportes. El fútbol es un ejemplo de evolución. Totalmente aficionado en el siglo pasado, actualmente disfruta de una expansión que parece imparable. El 7 por ciento de profesionales en el mundo son mujeres.
En Francia el número de licencias supera las 160.000, mientras que en Alemania la cifra se sitúa en 1 millón. En España el fútbol femenino despega a pasos agigantados y suma 874.093 entre futbolistas y técnicos. Aunque la profesionalización del fútbol femenino nació en Estados Unidos a principios de siglo, el modelo francés ha logrado que sus futbolistas sean las mejor pagadas del mundo con un salario mínimo de 42.000 euros.
Los mayores sueldos al deporte femenino profesional se pagan en la liga de baloncesto WNBA estadounidense, pero a años luz de las ganancias de la NBA masculina. Las mujeres ganan una media de 68.000 euros y un mínimo de 36.000, mientras que los hombres perciben 5,7 millones de dólares.