El suizo Silvan Dillier (BMC), ciclista procedente de la especialidad de pista, remató con éxito una larga escapada que le condujo al triunfo en la sexta etapa del Giro, entre Reggio Calabria y Terme Luigiane, con un recorrido de 217 kilómetros.
El luxemburgués Bob Jungels (Quick Step) mantuvo la 'maglia' rosa de líder.
Dillier, de 26 años, doble medallista de plata en Europeos en pista, fue el más rápido y astuto a la hora de concretar la enorme cabalgada que compartió con otros cuatro corredores desde la salida.
El corredor suizo resolvió por velocidad ante el belga Jasper Stuyvens (Trek), impotente ante el ataque de Dillier a 125 metros de la línea de meta.
Ambos corredores se jugaron la primera etapa en la península después de cinco días entre Cerdeña y Sicilia junto al austríaco Lukas Postlbergen (Bora), primer líder de este Giro, quien no tuvo fuerzas para luchar por le triunfo a la hora de la verdad.
El pelotón llegó tarde a derribar la fuga, se presentó a 39 segundos con el canadiense Michael Woods (Cannondale) al frente, y los favoritos, atentos en un final peligroso, con curvas en descenso y final en ligero ascenso, en las primeras plazas,
De esta manera, Jungels volvió a vestirse con un maillot rosa al que se quiere agarrar hasta el domingo, cuando los escaladores entren en escena en el ascenso al Blockhaus. Tiene a Geraint Thomas (Sky) a 6 segundos y a Adam Yates (Orica) a 10, el mismo tiempo que el resto de favoritos. Todos a la espera de la cita dominical.
Una jornada por la región de Calabria que enfrentaba a los cazaetapas que apuestan por las escapadas y los velocistas. Hubo duelo y ganaron los primeros. Segunda fuga que prospera en esta edición, junto a la del esloveno Polanc en el Etna.
La aventura puso en jaque al pelotón en una jornada maratón que exigía prudencia para ese tipo de aventuras, pero se animaron cinco corredores para una enorme cabalgada. Dos hombres del Trek: Stuyvens y el joven danés Mads Pedersen, una máquina rodadora de 21 años, el italiano Andreeta (Bardiani), Dillier y el primer líder del Giro, el austríaco Pöstlberger (Bora), animaron una jornada poco atractiva.
Hubo confianza en el pelotón, perezoso en la persecución. El Cannondale se pasó media jornada animando la captura, pero al ver que no había manera de reducir la renta del quinteto en fuga, delegó en otros equipos, escondidos a la hora de ofrecer esfuerzo.
Tres minutos de adelanto en la Cota de Fuscaldo, a falta de 22 kilómetros, alertaron a los equipos de los esprinters, pero la resistencia se mantuvo gracias al entendimiento de los rebeldes.
Un final nervioso encendió las alarmas entre los favoritos. El Movistar puso al frente a Rojas ante una zona de descenso plagado de curvas y un final en ligero ascenso propicio para alguna emboscada.
Se aceleró el ritmo del gran grupo, ya sin opciones de alcanzar el primer tren, y los esprinters puros se despidieron de la gloria.
Salvada la zona peligrosa, Dillier, Stuyvens y Postlberber soltaron a Andreeta. Restaba la recta de meta. Marcaje, miradas de reojo y control, al estilo del ciclismo en pista. En ese escenario saltó el especialista de la modalidad.
Dillier atacó por sorpresa. Una sola vez. Suficiente para sorprender a Stuyvens, en teoría quien tenía que hacer valer su veteranía. El corredor de Baden se llevó el tesoro de ganar su primera etapa en una grande. Su primer gran triunfo en ruta.
"Es increíble. Es algo que buscaba hace tiempo. Estaba preocupado por Stuyvens, pero he ganado y la sensación es increíble". Palabras de un hombre feliz por su gran estreno.
La séptima etapa se disputará este viernes entre Castrovillari y Alberobello, de 224 kilómetros.