Los Cleveland Cavaliers de Ricky Rubio se impusieron en Dallas a los Mavericks de Luka Doncic por 96-114 y dejaron en evidencia que pese a un nuevo triple-doble de la estrella eslovena, el equipo texano adolece de profundidad.
Doncic terminó el partido con 25 puntos, 10 rebotes, 10 asistencias y 1 robo de balón además de cuatro pérdidas, a gran distancia del resto de sus compañeros. Dorian Finney-Smith fue quien más se acercó al base europeo, con 14 puntos, 1 rebote, 2 asistencias y 2 robos de balón.
El ala-pívot letón Kristaps Porzingis, que se tuvo que retirar del partido al final de tercer cuarto tras sufrir una lesión en su tobillo derecho, se conformó con 9 puntos, 5 rebotes, 1 asistencia y 4 tapones.
Mientras, en los Cavs brilló una noche más el pívot Jarret Allen, con un doble-doble de 28 puntos, 14 rebotes, 3 asistencias y 1 tapón. El alero finlandés de los Cavs, Lauri Markkanen, también tuvo una buena noche en los Cavaliers, con 24 puntos, 8 rebotes, 2 asistencias y 1 robo.
Por su parte, el base español Ricky Rubio, que de nuevo empezó el partido desde el banquillo, anotó 7 puntos, 7 rebotes, 6 asistencias y 1 robo de balón.
TRIPLES DE DONCIC
Los Mavs iniciaron el partido dominando a los de Cleveland gracias a la eficacia de Doncic desde más allá de la línea de tres puntos.
Los dos triples de Doncic junto con las aportaciones de Porzingis, Tim Hardaway Jr. y Finney-Smith, permitieron a los Mavs situarse hasta 5 puntos por delante, 19-14, a falta de 5.11 minutos para el final del primer cuarto.
En los últimos 3.25 minutos del primer cuarto, los Mavs sólo pudieron anotar 2 puntos frente a los 9 de los Cavaliers lo que dejó el marcador en un 23-30 al final de los 12 minutos iniciales.
Los Mavericks no volvieron a estar por delante en el partido y los Cavaliers paso a paso incrementaron su ventaja a medida que Doncic, que en el primer cuarto anotó 3 de los 4 triples que intentó, se cansaba de tirar del equipo.
Al llegar al descanso, la ventaja de los Cavaliers, era de 11 puntos, 41-52.
LA SOLEDAD DE DONCIC
A la reanudación, la situación se agravó para los Mavericks. Doncic era el único capaz de anotar con regularidad y sólo la entrada en la canche del ala-pívot Maxi Kleber dio a los de Dallas un poco más de ataque.
El alemán mejoró el juego interior de los Mavericks y anotó 10 puntos en el tercer cuarto, 2 más que Doncic. Mientras Finney-Smith, Porzingis y Moses Brown sólo aportaban cada uno 2 puntos al total.
La debilidad defensiva de los Mavericks la aprovechó de nuevo Allen, que siguió castigando a los de Dallas desde debajo del aro. El pívot anotó 13 puntos en el tercer cuarto, sólo 1 menos que el quinteto titular de los de Dallas en ese periodo. Cuando acabó el tercer cuarto, el marcador señalaba 65-87, y los Cavs habían sentenciado el partido.
Los últimos 12 minutos fueron un paseo para los de Cleveland. Al inicio del último cuarto, los Mavs hicieron su último esfuerzo para dar la vuelta al partido pero a los 4 minutos, el entrenador de los Mavericks, Jason Kidd, tiró la toalla y sentó a Doncic, cuya cara en el banquillo era todo un poema.