El jugador franquicia de los Houston Rockets, James Harden, fue examinado esta tarde por un oculista y los resultados de las pruebas mostraron que no sufre lesión alguna en la córnea de ambos ojos. Los resultados llenan de optimismo a los directivos del equipo de Houston, que temían por la participación de 'La Barba' en el tercer partido de la eliminatoria de las semifinales de la Conferencia Oeste que van a disputar el próximo sábado ante los Warriors de Golden State, con ventaja de 2-0 para los bicampeones de la NBA.
Después de que el vuelo de los Rockets aterrizara en Houston este miércoles, Harden fue directamente a un oculista. Las pruebas no revelaron daños en las córneas de Harden, de acuerdo a la información ofrecida por el equipo y los Rockets esperan que su visión sea completamente clara para el partido del sábado.
Harden dijo que podía "apenas ver" después de regresar al juego en el segundo cuarto tras haber recibido un golpe involuntario en la cara por parte del ala-pívot de los Warriors, Draymond Green. El escolta estrella de los Rockets con frecuencia entrecerró los ojos, los protegió de la luz durante el resto del partido y en la conferencia de prensa posterior y evitó lesiones mayores. La visión de Harden en su ojo izquierdo era especialmente borrosa y le dificultó su trabajo, según lo manifestado por el jugador.
Pero los problemas de Harden con su visión no fueron evidentes en el rendimiento que tuvo durante el partido. Harden lo acabó con 29 puntos y en realidad tuvo su porcentaje más alto de tiros de campo en lo que va de la fase final con nueve canastas de 19 intentos, un 47 por ciento de acierto, a pesar de que falló los tres primeros que hizo en el partido, cuando todavía no estaba lesionado.