El base Kemba Walker anotó 46 puntos, incluidos 10 triples, en 28 minutos de acción que permitieron a los Hornets de Charlotte vencer por paliza de 140-79 a los desahuciados Grizzlies de Memphis, el equipo con la peor marca de la liga.
Walker anotó 17 puntos en el primer cuarto, 18 en el segundo, y 11 en el tercero antes que fuese reemplazado a 1:48 minutos para el final, sin que luego ya saliese más en el último periodo. El base estrella de los Hornets (32-41) anotó 13 de 18 tiros de campo, incluidos 10 de 14 triples, y estuvo perfecto 10 de 10 desde la línea de personal.
La anotación de Walker fue la tercera mejor de su carrera profesional después de lograr 52 puntos frente a los Jazz de Utah en doble prórroga, en enero del 2016, con victoria de los Hornets (124-119) y alcanzar los 47 tantos en noviembre del año pasado durante el partido que su equipo perdió por 123-120 ante los Bulls de Chicago, en su visita al United Center.
Mientras que para los Hornets, que todavía tienen probabilidades matemáticas de estar en los playoffs de la Conferencia Este, la anotación ante los Grizzlies se convirtió en el sexta mayor diferencia que se ha dado en el marcador de un partido en la historia de la NBA.
La inspiración encestadora de Walker, que consiguió el noveno partido de al menos 40 puntos en lo que va de temporada, dominaron por completo a unos Grizzlies que jugaron sin el pívot español Marc Gasol al que le dieron descanso para que no jugase en noches seguidas.
La ausencia de Gasol se notó de inmediato en el apartado defensivo y permitió que los Hornets entrasen a formar parte de los libros de historia de la NBA. Solamente los Cavaliers de Cleveland, en 1991; Pacers de Indiana, en 1998; Los Angeles Lakers, en 1972; Warriors de Golden State, en 1991, y los antiguos Nationals de Syracuse, en 1960, han tenido mayor diferencia.
Los propios Hornets tenían establecida en 52 puntos su mayor diferencia conseguida en un partido cuando se enfrentaron el 27 de febrero de 1992 a los Sixers de Filadelfia (136-84).
Además, el triunfo de los Hornets se dio en la noche que no tuvieron a su pívot estrella, Dwight Howard, que tuvo que cumplir con la suspensión de un partido después de haber acumulado 16 faltas técnicas en lo que va de competición.
Howard, en el partido anterior, había tenido su labor más completa al conseguir un doble-doble de 32 puntos y 30 rebotes, que ayudaron a los Hornets a remontar una desventaja de 23 tantos y vencer a domicilio por 105-111 a los Nets de Brooklyn.
El veterano pívot de los Hornets es uno de los tres jugadores de la NBA que en los últimos 20 años (Andrew Bynum, 11 de abril, 2012, y Kevin Love, 12 de noviembre del 2010) han conseguido al menos 30 rebotes en un partido.
Su puesto fue ocupado por el español Willy Hernangómez, que hizo su debut como titular con los Hornets, y completó una excelente labor en todas las facetas del juego. El español, que jugó 19 minutos, aportó un doble-doble de 10 puntos y 12 rebotes que lo dejaron como el mejor en las acciones dentro de la zona. El jugador madrileño anotó 5 de 11 tiros de campo, falló un intento de triple y también otro lanzamiento desde la línea de personal. Además, capturó siete rebotes defensivos, además de dar dos asistencias, puso dos tapones y cometió una falta personal.
El ala-pívot Marvin Williams y el alero novato Dwayne Bacon, que salió de reserva, anotaron 15 puntos cada uno y formaron parte de la lista de seis jugadores de los Hornets que tuvieron números de dos dígitos.
El escolta reserva Wayne Selden anotó 18 puntos como líder de los Grizzlies (19-53), que tienen la peor marca de la liga después de haber perdido tres partidos consecutivos y el noveno en los últimos 10 que han disputado.