El retorno de
Monchi a Nervión como director general deportivo del
Sevilla Fútbol Club trajo consigo el pasado verano una auténtica revolución en materia de fichajes, dando el isleño un verdadero 'clinic' sobre cómo renovar un plantel en tiempo récord.
Trece refuerzos, incluyendo al delantero israelí Munas
Dabbur, al que Joaquín Caparrós, como director de fútbol del
Sevilla FC, firmó en el mes de enero con vistas a la presente temporada, sirvieron para remozar a un vestuario sevillista en el que Monchi había detectado muchas carencias, una vez que abandonara Roma y se pusiera manos a la obra el pasado 1 de abril, cuando comenzó su segunda etapa al frente de la planificación deportiva nervionense.
El centro del campo, como ya avanzó
ESTADIO Deportivo en su día, fue una de las prioridades de Monchi, quien entendió que hacía falta algo más de contundencia en la zona ancha, sin olvidarse, tampoco, del criterio y el gusto por el balón. De ahí que no sea de extrañar la llegada, por ejemplo, del brasileño Fernando o el serbio Gudelj; dos pivotes que han cimentado con creces el centro del campo, o la de Óliver Torres, una predilección de Monchi con el que el director deportivo sevillista quería encontrar un recambio para Banega, entre muchas otras cosas.
Ninguna de las líneas, en definitiva, se han librado del bisturí de Monchi este pasado verano, habiendo reforzado éste todos los puestos desde la portería hasta la delantera, pasando por la defensa, el centro del campo y las bandas. Un trabajo minucioso que