Estrenada en el curso anterior recogiendo el testigo de la extinta Preferente, la Primera Andaluza se ha convertido en una categoría vibrante en la que conviven históricos venidos a menos, como el Mairena, proyectos muy ambiciosos, como el del Morón CF, o clubes con pura vocación formativa, como el Demo.
La dureza de la competición se llevó por delante en la 2016/2017 a transatlánticos del fútbol modesto sevillano como el Nervión o el Pilas, y amenaza con hacerlo con equipos recién descendidos como el San Juan y el Lora. Por otra parte, su igualdad también permite soñar con una categoría a nivel andaluz, como lo hizo el Bellavista o como lo hace esta temporada el Torreblanca.
Además de encumbrar proyectos como el de Raúl Carmona en Los Palacios, quizá el equipo que mejor se ha adaptado a la competición. En esta categoría es posible encontrar en el Adame Bruña de Dos Hermanas un Rociera-Cerro que bien podría ser un partido del Grupo X de Tercera; ver al Villaverde, recién ascendido, asaltar el feudo del Pedrera; o disfrutar de la juventud y la calidad del UD Morón.
El elenco de conjuntos que la componen, la capacidad para sorprender en cada jornada y la paridad convierten a la Primera Andaluza en una competición emocionante tanto en la zona noble como en la parte baja de la clasificación. Así lo fue en 2017 y a buen seguro así lo será en el año que pronto empieza.